En El Vaticano se rumorea, incluso, que no se someterá a juicio a Susanna Maiolo
El Papa quiere dar ejemplo de perdón a la mujer que, antes de la misa del Gallo, se abalanzó sobre él y lo tiró al suelo. A decírselo y, de paso, comprobar la gravedad de su situación de desequilibrio mental, mandó a su secretario personal y hombre de máxima confianza, monseñor Georg Gänswein.
En secreto, el secretario del Papa se fue el jueves, día 31, a las 11,45 de la mañana al hospital de Subiaco en el que está siendo atendida Susanna Maiolo. Allí, se reunió con ella durante una media hora.
Pero el padre Gänswein es una estrella mediática, muy conocido en Italia y, por eso, no pudo pasar desapercibido. Fueron muchas las personas que lo vieron llegar y salir del hospital en un Volkswagen Phaeton de cristales tintados.
Acogido por las autoridades hospitalarias y acompañado constantemente por guardias de seguridad, el secretario del Papa se entrevistó con Susanna Maiolo y regresó a Roma. De lo hablado entre ellos, no ha trascendido nada.
En Italia, se da por hecho, sin embargo, que éste sería el primer paso para que el Vaticano anuncie, en fechas próximas, el perdón del Papa a la mujer que lo atacó en la Basílica de San Pedro. Primero, porque no está en sus cabales. Segundo, porque no llevaba armas. Y tercero y sobre todo, porque Su Santidad está obligado a mostrar entrañas de misericordia y perdonar «hasta siete veces siete». Y de eso sabe mucho el Papa Ratzinger.
En El Vaticano se rumorea, incluso, que no se someterá a juicio a Susanna Maiolo y se dejará simplemente su caso en manos de las autoridades sanitarias italianas.