El papa Benedicto XVI dijo hoy que la economía actual necesita de la ética para su correcto funcionamiento, «pero no de una ética cualquiera, sino de una ética amiga de la personas».
El Pontífice hizo estas afirmaciones ante unas siete mil personas que asistieron en el Aula Pablo VI a la audiencia pública de los miércoles, en la que volvió a analizar la crisis económica mundial.
«La crisis financiera y los graves desequilibrios económicos empobrecen a no pocas personas y crean condiciones de miseria. En mi encíclica Caritas in Veritate señalé que la economía necesita de una ética para su buen funcionamiento, pero no de una ética cualquiera, sino de una ética amiga de la persona», manifestó el Obispo de Roma.
El Papa, que dedicó la catequesis a la figura de San Antonio de Padua, señaló que el santo portugués conocía bien los defectos de la naturaleza humana, la tendencia del hombre a caer en el pecado y que por ello exhortaba continuamente «a combatir la inclinación del ser humano a la avidez, el orgullo y la impureza y a practicar la virtud de la pobreza y la generosidad.
Siguiendo la doctrina de Antonio de Padua (1195-1231) -o de Lisboa, como es conocido en Portugal- el Papa animó a los fieles a practicar la virtud de la pobreza, la generosidad, la humildad, la obediencia, la castidad y la pureza.
Recordó que en la época de Antonio de Padua, con el florecer del comercio, creció el número de personas insensibles a las necesidades de los pobres y que el santo invitaba a los fieles a pensar en el verdadera riqueza, que es la de corazón.
El Papa, siguiendo a Antonio, invitó a los ricos a acoger en sus casas a la pobres y dijo que las enseñanzas del santo portugués fallecido en Padua y enterrado en esta ciudad del noreste italiano, tienen gran validez en la época actual, marcada por la crisis económica.
Benedicto XVI también se refirió a la plegaria, como acto de amor, y exhortó a los fieles a abrir el corazón a Dios y a «hablar de manera coloquial y afectuosa con él, presentarle nuestras necesidad, alabarlo y darle gracias».
El Papa dijo asimismo que Antonio de Padua es uno de los iniciadores de la teología franciscana, que se caracteriza por el papel central del amor divino, el «cristocentrismo«.
Concluida la audiencia, Benedicto XVI saludó en varios idiomas a los fieles presentes, entre ellos peregrinos provenientes de España, México, Colombia y otros países latinoamericanos. (RD/Efe)
