El presidente de Doctrina de la Fe defiende su actitud frente a cura acusado de abusos
En una declaración judicial recientemente difundida, el actual presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Levada, que fue arzobispo de Portland justificó el no haber advertido a los feligreses de Oregón sobre las denuncias por abusos sexuales contra un sacerdote al que él restauró en sus funciones.
Por otra parte, los casos de abusos por parte de dos sacerdotes en Arizona han sembrado nuevas dudas acerca de la afirmación de la Iglesia, de que el papa Benedicto XVI no cumplió papel alguno en la protección de los pedófilos antes de ser pontífice.
La declaración en Portland revela que el cardenal William Levada insistió en que había informado debidamente al cura párroco sobre la historia del padre Joseph Baccellieri. Documentos suministrados por la arquidiócesis revelan que era vicario parroquial, un puesto administrativo, no pastoral.
La arquidiócesis dijo que se impusieron límites a su ministerio, de manera que no se presentaron nuevas denuncias en su contra. Sin embargo, en los documentos enviados por la arquidiócesis a The Associated Press por correo electrónico el viernes, nada indica que Baccellieri tenía prohibido el contacto con los parroquianos. Los documentos revelan que Baccellieri fue designado pastor antes de su retiro en 2002.
Levada fue arzobispo de la arquidiócesis de Portland de 1986 a 1995. En 2005 sucedió al cardenal Joseph Ratzinger, hoy papa Benedicto XVI, como prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe. Desde ese puesto, es hoy uno de los principales defensores de la Santa Sede frente al escándalo por abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
En 2006, Levada presentó una declaración en una causa por decenas de denuncias de abusos sexuales contra la Iglesia.
En una transcripción de su testimonio divulgada el viernes por uno de los abogados en esos casos, Levada dijo que Baccellieri se había sometido a terapia, que «no corría riesgo de volver a cometer abusos y sería prudente volver a ponerlo en funciones«.
La oficina de Levada en el Vaticano no respondió el sábado a los pedidos de declaraciones. La mayoría de las oficinas en la Santa Sede estaban cerradas debido a la Pascua.
En cuanto a los casos en Arizona, documentos revisados por la AP revelan que el futuro papa, siendo cardenal en el Vaticano, se hizo cargo del caso del reverendo Michael Teta de Tucson, y luego lo dejó pasar durante años a pesar de los ruegos del obispo para que se cesara al cura en sus funciones.
En otro caso en Tucson, el obispo Manuel Moreno dijo en carta al cardenal Ratzinger que el sacerdote Robert Trupia presentaba «un gran riesgo para los niños, adolescentes y adultos con los cuales pueda tener contacto». Ningún documento indica que Ratzinger respondió.
El vocero vaticano Federico Lombardi calificó las acusaciones de «absolutamente infundadas» y dijo que se tergiversaban los hechos.
Dijo que la demora en el caso de Teta se debió a la suspensión de las apelaciones mientras el Vaticano modificaba sus normas para los casos de abusos sexuales. Interinamente se tomaron medidas de precaución, dijo: Teta estaba suspendido desde 1990.
«Los documentos muestran clara y positivamente que quienes estaban a cargo de la Congregación para la Doctrina de la Fe… intervinieron activamente a lo largo de los 90 para que el juicio canónico en curso en la diócesis de Tucson pudiera llegar debidamente a su conclusión», dijo Lombardi en un comunicado. (RD/Agencias)