Sobre la Sábana Santa: "Espero que este acto de veneración ayude a todos a buscar el rostro de Dios"
El papa Benedicto XVI recordó hoy durante el rezo del Regina Coeli, que sustituye al Ángelus dominical en tiempo de Pascua, la tragedia que este sábado conmocionó a Polonia por el fallecimiento de su presidente, Lech Kaczynski, en un accidente aéreo.
Desde la residencia de Castel Gandolfo, donde disfruta de unos días de reposo, el Pontífice volvió este domingo a expresar su «profundo dolor» por la catástrofe, en la que han fallecido 96 personas, entre ellos varios altos cargos del Estado polaco.
«Con la expresión de mis más profundas condolencias, rezo por las víctimas y la amada nación polaca», dijo.
Ya en polaco, el Pontífice se dirigió a los fieles de Polonia presentes ante el balcón de la residencia papal de Castel Gandolfo.
«Con profundo dolor he recibido la noticia de la trágica muerte del señor Lech Kaczynski, presidente de Polonia, de su mujer y de las personas que le acompañaban. Han fallecido en su viaje a Katyn, el lugar del suplicio de miles de oficiales militares polacos asesinados hace setenta años», dijo Benedicto XVI.
«Les confío a todos al misericordioso Señor de la vida. Lo hago uniéndome a los peregrinos que se han congregado en el Santuario de Lagiewniki y a todos los devotos de la misericordia de Dios en el mundo entero», agrega.
Ayer el papa envió al presidente del Parlamento de Polonia, Bronislaw Komorowski, un telegrama de condolencia por las víctimas del accidente, entre otros, el obispo foráneo Tadeusz Ploski, el arzobispo ortodoxo foráneo Miron Chodakowski, así como del pastor militar evangélico Adam Pilsch.
El Papa también se refirió este domingo a la exposición pública de la Sábana Santa, que comenzó ayer en la ciudad de Turín (norte de Italia) hasta el próximo 23 de mayo y que él visitará el próximo 2 de mayo.
«Me alegro por este acontecimiento, que una vez más está suscitando un gran movimiento de peregrinos, pero también estudios, reflexiones y sobre todo un extraordinario reclamo hacia el misterio del sufrimiento de Cristo», afirmó Benedicto XVI.
«Espero que este acto de veneración ayude a todos a buscar el rostro de Dios, que fue la íntima aspiración de los apóstoles, como también es la nuestra», añadió.
El Papa Benedicto XVI afirmó hoy, durante el segundo domingo de Pascua dedicado a la Divina Misericordia, que la misión de la Iglesia Católica deber ser «portar a todos el amor misericordioso de Dios», para que así «crean que Jesús es el Hijo de Dios».
En esta ocasión, el Santo Padre presidió desde el Palacio de Castelgandolfo el rezo del Regina Caeli, que fue retransmitido también a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Desde esta residencia en la que disfruta de unos días de reposo, el Pontífice señaló que «urge en nuestro tiempo un anuncio y un testimonio similares de la verdad del amor» porque así, a su parecer, se hará «más familiar y cercano a quien no se hemos visto con nuestros ojos», pero cuya «infinita misericordia tenemos absoluta certeza».
En este sentido, el Papa explicó que en este domingo el Evangelio de San Juan muestra el encuentro de Cristo resucitado con sus Apóstoles y puso como ejemplo la incredulidad de Tomás que sólo «tocando las heridas del Señor» alivió su desconfianza. Por ello, invitó a invocar a la Virgen María para que alcance a todos «la gracia de experimentar la presencia de Cristo resucitado en la Iglesia».
Asimismo, recordó que Juan Pablo II fue quien instituyó la fiesta del domingo de la Divina Misericordia, con motivo de la canonización de Santa María Faustina Kowalska, el 30 de abril del año 2000. (RD/Efe/Ep)