A diferencia de Juan Pablo II, Benedicto XVI no es considerado un gran aficionado a los deportes
Es el Papa de todos en los asuntos de la fe y del alma. Pero Benedicto XVI también es un hijo de Alemania. Y, aunque no es un gran futbolero, ante la semifinal de hoy entre su país y España, el corazón del Papa está con Alemania. Y, como explica su hermano Georg, «le desea suerte» a la selección germana. Eso se llama salir con ventaja. Aunque en asuntos tan terrenales como éste, Su Santidad sea un mortal más y la infalibilidad desaparezca.
«En realidad a mi hermano no le gusta dar preferencia a ningún país. Pero en el deporte su corazón late un poco más fuerte por su país. Le desea suerte a Alemania y se alegrará si le dicen que hemos ganado», dijo Georg Ratzinger al diario local muniqués «tz», destacó DPA.
A diferencia de su predecesor, el papa polaco Juan Pablo II, Benedicto XVI no es considerado un gran aficionado a los deportes.
Su hermano, que vive en la sureña ciudad de Ratisbona, asegura sin embargo que el Mundial ha tocado su vena futbolera: «Mi hermano se interesa por este gran evento deportivo», dijo Georg Ratzinger al «tz».