"Hoy debemos acompañar esta anticipación de la edad con una nueva y vigorosa pastoral de iniciación cristiana"
Hoy se celebra el centenario de la publicación del decreto «Quam singulari Christus amore» del 8 de agosto de 1910, del Papa Pío X, beatificado en 1951 y canonizado en 1954. Con tal motivo el prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el cardenal Antonio Cañizares Llovera ha escrito una reflexión en el Osservatore Romano de hoy en la que señala que «siguiendo las enseñanzas de los concilios Lateranese IV y Tridentino, el Papa Sarto fijó la fecha para la primera comunión y confesión de los niños a la edad del uso de la razón, es decir, en torno a los siete años».
«Esta disposición implicaba un cambio muy importante para la práctica pastoral y en la concepción habitual de entonces, que por distintas razones -observa el cardenal Cañizares-, se había retrasado este evento fundamental para la vida espiritual del hombre».
Con este decreto, Pío X, el gran y santo Papa de la piedad y de la participación eucarística con el deseo de renovación eclesial, que inspiró su pontificado, «enseñó a toda la Iglesia el sentido, el momento, el valor y la centralidad de la santa Comunión para la vida de todos los bautizados, comprendidos los niños».
Al mismo tiempo tomar la primera comunión de pequeños subraya el cardenal Cañizares muestra a todos «la predilección de Jesús por los niños y recuerda sus palabras: «si no seréis como los niños, no entraréis en el reino de los cielos»; «dejad que los niños se acerquen a mí». Con la misma predilección y la misma mirada amorosa y solicitud especial, la Iglesia mira a los niños.
«No existe amor mayor ni mayor regalo«, escribe el purpurado español. Y esto es todavía más importante en los momentos en que vivimos y lo es en modo especial para los niños, cuya pureza, simplicidad, «santidad», actitud hacia Dios y amor son por desgracia y frecuentemente manipulados y destruidos».
«La primera comunión de los niños es como el inicio de un camino junto a Jesús en comunión con Él: el inicio de una amistad destinada a durar y a reforzarse durante toda la vida». Cuando Pío X anticipó la edad de la primera comunión, acaba señalado el prefecto del Culto Divino, insistió en la necesidad de la buena formación y de una buena catequesis. «Hoy debemos acompañar esta anticipación de la edad con una nueva y vigorosa pastoral de iniciación cristiana». (RD/RV)