España e Italia siguen frenando la patente comunitaria trilingüe

España e Italia siguen frenando la patente comunitaria trilingüe
El secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido. EFE/Archivo

Pese a la presión de sus socios comunitarios, España e Italia siguen frenando el proyecto de creación de una patente con validez en toda la Unión Europea al considerarla «discriminatoria», ya que sería tramitada en inglés, francés o alemán en perjuicio de otras lenguas.

A su llegada al Consejo extraordinario de Competitividad celebrado hoy en Bruselas, el secretario de Estado español para la Unión Europea, Diego López Garrido, anunció que España no abandonaría su oposición mientras se mantuviese el régimen propuesto de tres lenguas.

«La propuesta que hay sobre la mesa en este momento discrimina al idioma español y España no está de acuerdo con esto», señaló el secretario de Estado.

Además, dijo que el paquete de compromiso presentado por Bélgica -país que ostenta la presidencia de turno del Consejo de la UE este semestre- con varias propuestas destinadas a contentar a los defensores del multilingüismo «claramente no es suficiente porque la base de partida es una base de tres lenguas».

Esta posición es compartida con Italia, cuyo ministro de Políticas Comunitarias, Andrea Ronchi, reiteró su rechazo a la propuesta de las tres lenguas y afirmó que lo mantendrá mientras sólo se ofrezcan «correcciones cosméticas sobre la propuesta de la CE (Comisión Europea)».

La negativa de Italia y España impide a los Veintisiete llegar a la unanimidad necesaria para que el proyecto de patente comunitaria avance, una situación que dura ya más de tres décadas.

Varios Estados miembros plantearon la posibilidad de recurrir a la llamada «cooperación reforzada» para salvar la oposición de Italia y España, una opción que la CE no ve con malos ojos.

Este mecanismo, previsto en los tratados pero nunca antes puesto en práctica, permite que un grupo de al menos ocho países saque adelante una iniciativa si una mayoría cualificada del Consejo lo autoriza y que, llegado el caso, España e Italia no podrían bloquear por sí solas.

Ayer, cinco socios comunitarios (Reino Unido, Irlanda, Holanda, Suecia y Eslovenia) enviaron una carta a la Comisión Europea solicitando al Ejecutivo europeo un análisis sobre la alternativa de recurrir a la cooperación reforzada en este asunto.

Sin embargo, durante el debate de hoy ningún país abogó abiertamente por una cooperación reforzada y varios Estados recalcaron la importancia de alcanzar un consenso que no excluya a ningún miembro.

Fuentes diplomáticas afirmaron que Bélgica prefiere no recurrir a este sistema y señalaron que la clave podría estar en una de sus propuestas, que plantea que durante un periodo de transición (aún por determinar) haya que traducir todas las patentes al inglés y a una segunda lengua de la UE, aunque esta última copia no tendría validez jurídica.

España e Italia exigen que la segunda traducción tenga validez jurídica, un punto que países como Alemania rechazan.

La delegación alemana aseguró durante el debate que no aceptará «exigencias que vayan más allá del texto actual».

La Comisión Europea presentó en julio una propuesta para que las futuras patentes comunitarias puedan ser registradas sólo en uno de los tres idiomas oficiales de la Oficina Europea de Patentes -inglés, francés o alemán- y sus reivindicaciones (la descripción técnica de la patente) en los otros dos.

Esta postura cuenta con el respaldo de la mayoría de los Estados miembros, pero nunca ha logrado contentar a España e Italia.

Entre las medidas que contiene el paquete belga de compromiso destaca la protección de terceros «que actúen de buena fe», que ha recibido el respaldo de varios países a lo largo del debate.

Esta cuestión establece que, en caso de litigio entre dos empresas, el titular de la patente deberá facilitar -a petición del supuesto infractor- una traducción completa de la patente en la lengua nacional del segundo.

El paquete también plantea que se estipule claramente que el modelo lingüístico de la patente de la Unión Europea no constituye un «precedente para establecer un régimen lingüístico limitado en cualquier otro futuro instrumento jurídico de la UE».

También introduce varias medidas orientadas a garantizar la seguridad jurídica de las patentes, especialmente hasta que se disponga de traducciones automáticas de alta calidad, un sistema sugerido por la CE para los casos en que se necesiten documentos en un cuarto idioma.

El comisario de Mercado Interior, el francés Michel Barnier, anunció hoy que presentará con el apoyo de la Oficina Europea de Patentes una propuesta técnica sobre este sistema «para conseguir lo más rápido posible una traducción generalizada a todos los idiomas de la UE cuya calidad sea de alto nivel».

La CE propone, además, que los costes de puesta en marcha y funcionamiento de este sistema sean asumidos por los presupuestos de la UE.

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