"Rapidez no significa apuro o superficialidad, más bien gran profesionalidad en el proceso"
El prefecto para las Causas de los Santos del Vaticano, Angelo Amato, prometió hoy «plazos rápidos» para que sea elevado a santo Juan Pablo II, cuya beatificación está prevista para el 1 de mayo próximo. En declaraciones a la prensa, tras participar en la presentación de un libro en la sede de la Radio Vaticana, el cardenal aclaró que, además de rápido, el proceso camino a los altares de Karol Wojtyla será «riguroso».
Reveló la existencia de varios ‘presuntos milagros’ atribuidos a la intercesión del difunto Papa en diversos países del mundo y recordó que sólo sería necesario confirmar uno de ellos para asegurar la canonización.
«Nosotros tenemos mensajes de todo el mundo de grandes gracias. Ahora corresponde a la postulación elegir una, hacer un discernimiento y ver, siempre con la ayuda de especialistas, médicos y científicos, cuál milagro podría ser elegido«, indicó.
«La causa aunque tuvo un carril preferencial, fue seguida con gran atención y gran escrutinio de procedimiento, incluso porque la presión mediática hacía que no pudiese ser conducida en modo superficial sino en modo adecuado a la personalidad del futuro beato», anotó.
Amato insistió que el caso siguió un camino ‘muy, pero muy cuidado. Pero también rápido. «Rapidez no significa apuro o superficialidad, más bien gran profesionalidad en el proceso», ponderó.
Juan Pablo II será beatificado el próximo 1 de mayo, luego de seis años y un mes de su muerte. Se trata del camino a los altares más veloz en la historia moderna de la Iglesia católica. La madre Teresa de Calcuta fue beata seis años y dos meses después de fallecer.
Luego de la aprobación de las «virtudes heroicas» de Wojtyla en diciembre de 2009, El Vaticano estudió un «milagro», la curación inmediata, completa, duradera e inexplicable de una monja francesa de la enfermedad del mal de Parkinson.
Una comisión de médicos, un grupo de teólogos y otro de cardenales estudiaron el caso, llegando a la conclusión que la religiosa sanó gracias a las oraciones que ella y sus compañeras de congregación dirigieron a la memoria de Juan Pablo II.
Ese «milagro» aseguró la beatificación del Papa. Para su reconocimiento como santo será necesario comprobar la veracidad de otra curación milagrosa. (RD/Agencias)