(L’Osservatore romano).- Cuando, en agosto de 1989, se encontraba inmerso en la marea de jóvenes que expresaban rítmicamente su amor por Juan Pablo II durante la Jornada mundial de la juventud en Santiago de Compostela, Miguel Delgado Galindo, que entonces tenía veintisiete años y estaba encaminado a una brillante carrera forense, nunca habría imaginado que un día estaría de la otra parte del escenario, entre los oficiales del Consejo pontificio para los laicos, en calidad de subsecretario. Benedicto XVI llamó a ese cargo el pasado 18 de junio a este sacerdote catalán, que ya era jefe de oficina del dicasterio, encargado de la sección de asociaciones y movimeintos. En esta entrevista nos habla de su nuevo cargo.
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