El plan de Merkel y Sarkozy pone en riesgo la soberanía nacional y la unidad de Europa
(L’Osservatore Romano)- El plan que Alemania y Francia pretenden presentar al Consejo Europeo el próximo 9 de diciembre no es sólo la enésima jugada para contener la crisis. El acuerdo anunciado el lunes por Merkel y Sarkozy revela en claroscuro las profundas dificultades que está atravesando el proyecto europeo y confirma que se ha llegado a un momento crucial.
Sanciones: la palabra clave hace semanas que suena, pero sobre el tema los líderes europeos jamás habían alcanzado un punto común. El plan franco-alemán fija en cambio referencias precisas: habrá sanciones automáticas respecto a los países que no respeten el límite del déficit del tres por ciento. La cuestión es que -según las anticipaciones de Merkel y Sarkozy- las decisiones ya no se tomarán por unanimidad (como sucede ahora), sino por mayoría cualificada. Además, el Tribunal de Justicia deberá supervisar la conformidad de los distintos balances a los compromisos de los Tratados. Como subrayan muchos analistas, esto significa en sustancia dos cosas: la ulterior restricción de la soberanía de los gobiernos nacionales y el riesgo concreto de una división de Europa, donde las alianzas contarán cada vez más y los países más débiles se arriesgan a dejar de tener voz en capítulo.
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