Benedicto XVI se trasladará mañana, 8 de diciembre, a la romana plaza de España para el tradicional homenaje a la Inmaculada
Benedicto XVI dijo hoy que la «lógica terrenal» de que son los poderosos y los cultos los que poseen los conocimientos importantes y los transmiten a los demás no es la lógica de Dios, que elige a la gente sencilla como destinataria de su mensaje de salvación.
El papa se manifestó así ante varios miles de personas que asistieron en el Aula Pablo VI del Vaticano a la audiencia pública de los miércoles, cuya catequesis dedicó al «Himno del Jubileo» de los evangelistas Mateo y Lucas, una oración de reconocimiento y asentimiento al proyecto de Dios para los hombres.
«La revelación divina no se produce según la lógica terrena, según la cual son los hombres cultos y poderosos los que poseen los conocimientos importantes y los transmiten a las gentes más sencillas, a los pequeños, afirmó el papa.
El Pontífice agregó que Dios ha usado «otro estilo, ya que los destinatarios de sus comunicaciones son los pequeños, los sencillos. Esa es su voluntad y el Hijo la comparte con alegría».
El papa teólogo se preguntó que significa «ser pequeños, sencillos» y cual es la «pequeñez que abre al hombre a la intimidad filial con Dios» y aseguró que es la pureza de corazón la que permite reconocer la cara de Dios en Jesucristo.
«(Ser sencillos, pequeños) es tener el corazón sencillo, como los niños, sin la presunción de quien se cierra en si mismo, pensando que no necesita de nadie, ni siquiera de Dios», afirmó.
Benedicto XVI exhortó a los fieles a tener el corazón de los pequeños, de los pobres de espíritu, «para reconocer que no somos autosuficientes, que no podemos construir nuestra la vida por sí solos, sino que necesitamos a Dios«.
El líder espiritual de 1.200 mil millones de fieles en todo el mundo, agregó que es necesario «encontrar a Dios, escucharle y hablarle» y que la plegaria permite al hombre recibir a Dios y su sabiduría.
Benedicto XVI se trasladará mañana, 8 de diciembre, a la romana plaza de España para el tradicional homenaje a la Inmaculada Concepción, ante el monumento que se alza en ese lugar frente a la embajada de España ante la Santa Sede.(RD/Efe)
Texto catequesis del Papa en español y saludos a los fieles
«Queridos hermanos y hermanas:
Los evangelistas Mateo y Lucas nos han trasmitido una oración de Jesús que expresa la profundidad de su comunión con el Padre. El versículo «Te doy gracias», con el que la misma comienza, traduce una palabra griega que significa, a la vez, reconocimiento y asentimiento al proyecto de Dios, que desde el inicio de la creación ha querido otorgarnos su amor.Por eso nos ha enviado a su Hijo, el único que conoce al Padre, para hacernos partícipes de su filiación. Si nos hacemos pequeños, entrando en la lógica divina, podremos pronunciar con Jesús nuestro «Sí» a ese plan de Dios, como hizo María en la Anunciación. El Señor se llenó de alegría en el Espíritu al hacer esta oración; también nosotros, llenos del Espíritu Santo, podemos proclamar «¡Abba, Padre!», y en la oración del Padrenuestro pedir que se haga su voluntad, en el cielo como en la tierra, sabiendo que en ella, en seguir a Cristo y acoger su yugo, está nuestro consuelo.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular, a la delegación del Gobierno autónomo de Navarra y a la Escolanía de la Catedral de Palencia, así como a los otros grupos provenientes de España, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos a orar buscando la comunión con Cristo, al que conocemos y amamos como fruto del Espíritu recibido, sintiendo que en su intimidad está ya nuestra alegría. Dios os bendiga. Muchas gracias».
Al saludar a los fieles de lengua italiana, el Papa dirigió su pensamiento afectuoso a los jóvenes, enfermos y recién casados y les dijo: «La solemnidad de la Inmaculada, que mañana celebramos, nos recuerda la singular adhesión de María al proyecto salvífico de Dios. Preservada de toda sombra de pecado para ser morada santa del Verbo encarnado, Ella siempre se confió plenamente al Señor».
«Queridos jóvenes, esfuércense por imitarla con corazón puro y limpio, dejándose plasmar por Dios que también en ustedes trata de hacer grandes cosas. Queridos enfermos, con el auxilio de María confíense siempre al Señor, Él conoce su sufrimiento y, uniéndolo a los suyos, los ofrece por la salvación del mundo. A ustedes queridos recién casados, que quieren edificar su propia morada sobre la gracia de Dios, hagan de su propia casa, imitando aquella de Nazaret, un hogar de amor y de piedad».
En sus saludos en diversos idiomas, al dirigirse a los peregrinos provenientes de Polonia les recordó que la liturgia de Adviento nos exhorta a la vigilancia y a la oración. «Cristo nos enseña cómo debemos orar. Sabe que sin la asistencia del Espíritu Santo no somos capaces de orar como se debe y por ello cuando Lo recibimos colma nuestros corazones «conociendo el deseo del Espíritu e intercede por nosotros, de acuerdo con la voluntad divina». Junto con Cristo oramos siempre al Padre con fe viva y valor filial».