La separación legítima de la iglesia y de Estado no puede significar que la iglesia debe permanecer silenciosa ante ciertas cuestione
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Benedicto XVI criticó enérgicamente los planes del presidente Barack Obama, en plena campaña electoral, sobre el reembolso de los anticonceptivos y su defensa del derecho al aborto, llamando a los católicos a movilizarse en su contra.
Las declaraciones inusualmente duras del Papa ante obispos estadounidenses, sobre las «prácticas intrínsecamente malas» impuestas a la sociedad y los «peligros» que pesan sobre el «don de Dios a la vida», provocaron una verdadera sensación este mes, indicó AFP.
Con ello, hacía alusión indirecta a la cobertura de salud que en el futuro deberá permitir a las mujeres tener acceso a todas las formas de contracepción aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos.
A partir del 1 de agosto de 2012 todos los contratos de seguros de salud deberán incluir estos servicios. Los empresarios que, por fuerza de sus creencias religiosas, no ofrezcan cobertura médica a anticonceptivos tendrán hasta el 1 de agosto de 2013 para adaptarse a las nuevas reglas.
Así, el Papa ofreció su pleno apoyo a los obispos estadounidenses. El mediático presidente de la Conferencia Episcopal, Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, asumió la delantera en los ataques a la iniciativa.
Dolan, quien también no se reserva críticas al casamiento de personas del mismo sexo, debería ser elevado a cardenal el próximo 18 de febrero.
En un largo mensaje, Benedicto XVI había lamentado «los esfuerzos concertados para negar a los católicos y las instituciones católicas su derecho a la objeción de conciencia».
«Obligar a los ciudadanos estadounidenses a escoger entre violar su conciencia y olvidar su seguro de salud no es razonable», había expresado Dolan por su lado.
«Estamos siendo impulsados a bajar los brazos ante un gobierno que considera la concepción, el embarazo y el nacimiento como una enfermedad a combatir», añadió.
Consciente de que el «modo de vida norteamericano» ejerce una enorme influencia en el mundo entero, el Papa denunció el «laicismo radical» y mencionó las «esferas políticas y culturales» y de «tendencias poderosas» que eran «cada vez más hostiles al cristianismo».
«La separación legítima de la iglesia y de Estado no puede significar que la iglesia debe permanecer silenciosa ante ciertas cuestiones», afirmó.
Es necesario «un mundo de laicos bien formados, comprometidos y organizados, con un fuente sentido crítico de la cultura dominante», agregó, para añadir que ellos deben «tener el coraje de contrariar un laicismo reductor».
La iglesia católica estadounidense, sumamente activa en los planes sociales y educativos pero arrasada por un enorme escándalo de pedofilia, se encuentra dividida en numerosas corrientes, incluyendo algunas que no siguen más las posiciones de Roma y defiendes reformas liberales en materia de moral.
En una campaña electoral en que la religión es omnipresente, el principal candidato católico en el republicano Rick Santorum, fuertemente conservador.
En 2008, el 54% de los católicos estadounidenses había votado a los demócratas y a Barack Obama, mucho más que todas las otras confesiones cristianas. Los latinos católicos fueron un contingente importante en ese voto al primer presidente negro en la historia estadounidense.
La Santa Sede, a pesar de una simpatía real por la personalidad de Obama, considera a los republicanos un sector más seguro a raíz de sus posiciones conservadoras sobre el «derecho a la vida».
(Rd/Agencias)