"Renatino" habría estado involucrado en el secuestro de Emanuela Orlandi, hija de un empleado del Vaticano, en 1983
Enrico de Pedis, más conocido como «Renatino«, fue acribillado hace 22 años en un ajuste de cuentas cerca de Campo di Fiori en Roma. Enterrado en el cementerio de la capital, pronto sus restos fueron trasladados a la basílica de San Apollinaire, tutelada por el Opus Dei. Ahora. el Vaticano ha ordenado trasladar el osario de quien fuera considerado «gran benefactor de los pobres».
Sólo que «Renatino» no era un ciudadano cualquiera. El italiano fallecido en febrero de 1990 dirigía la banda de la Magliana, una sanguinaria organización criminal que en ese entonces mantenía en vilo a Roma. Por eso no es raro que mantuviera buenos contactos y contara con amigos poderosos.
En ese marco, su viuda, Carla Di Giovanni, consiguió que el cardenal Ugo Poletti le firmara una carta en la que el purpurado aseguraba que «De Pedis había sido un gran benefactor de los pobres«, cosa que no se alejaba de la realidad. Se calcula que «Renatino» destinó a la iglesia el equivalente a entre 260 mil y 310 mil euros en obras de caridad.
Con ese respaldo del cardenal Poletti y el pago de 20 mil euros, Di Giovanni consiguió que el cuerpo de «Renatino» fuera retirado del cementerio de Verano y enterrado en la iglesia de San Apollinarie, un lugar reservado para acoger la sepultura de cardenales, santos o mártires.
Y así es que De Pedis hoy en día descansa en la Basílica de San Apollinarie, actualmente tutelada por el Opus Dei, siendo su estadía motivo de fuertes críticas para el Vaticano. Sin embargo, la Santa Sede estaría remediando la situación en unas cuantas semanas no solo por los reproches de la comunidad, sino también porque «Renatino» habría estado involucrado en el secuestro de Emanuela Orlandi, hija de un empleado del Vaticano, en 1983.