El nombramiento de Bertone como número dos de la Iglesia y su acaparamiento de poder parece el origen de todo el complot
El escándalo suscitado tras la detención del mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, acusado de ser el «topo» del Vaticano en el caso de los documentos reservados, no para de crecer. Ahora, la prensa italiana asegura que la «garganta profunda» podría ser un cardenal, mientras que otros medios hablan de una mujer como cómplice de «Paoleto», así como una trama en la que podrían estar involucrados decenas de personas.
La «garganta profunda» podría ser un cardenal. En los últimos años, se ha abierto una guerra entre los Príncipes de la Iglesia que ha desembocado en la fuga del contenido de documentos personales del propio Papa. El nombramiento de Bertone como número dos de la Iglesia y su acaparamiento de poder parece el origen de todo el complot.
Esta mañana, en el diario La Repubblica habla uno de los presuntos espías. Sin identificarse, asegura que están implicados hombres, mujeres, laicos y religiosos hasta llegar a ciertos cardenales. Dice que lo han hecho para defender al Papa y denunciar la marcha de la Iglesia.
Entre ellos hay una mujer que sería la encargada de recopilar todos los documentos. Los soplones pretendía debilitar al Papa para convencerlo de que deje de abordar cuestiones relacionadas con la política y la economía de la Iglesia.
Respecto al mayordomo asegura que prácticamente no tiene nada que ver. El mayordomo reza y calla en la celda de cuatro metros cuadrados. En su casa han aparecido cajas de documentos. Es un hombre fiel, devoto y obediente. Al parecer habría empezado a colaborar con la Policía vaticana
La policía ha sospechado desde el principio que las cajas de documentos halladas en la casa del mayordomo podían haber sido depositadas allí para sacrificarlo y tratar de cubrir a las cabezas pensantes de esta insurrección.
En la entrevista en La Repubblica, se pregunta al presunto espía, «¿ y cómo sacan los documentos del Vaticano?». A mano, es la respuesta. Los cardenales no están habituados a las nuevas tecnologías y la inteligencia vaticana tiene sistemas de seguridad tan avanzados como los de la CIA. Están bajo el suelo del Palacio Apostólico y los dirige un joven hacker de 35 años. Hubiera sido imposible sacarlos de otra manera.
Tras la detención el miércoles pasado de Paolo Gabriele, mayordomo del papa Benedicto XVI y sospechoso de estar en el origen de la filtración de documentos confidenciales, la caza contra otros «topos» y sus cómplices sigue abierta, asegura la prensa italiana.
«Vaticano, caza a los cómplices», titula en primera página La Stampa. «Los investigadores buscan confirmaciones, pruebas, cómplices y un eventual nivel superior«, escribe el diario, informó AFP.
La gendarmería vaticana detuvo a Gabriele y halló documentos confidenciales en su domicilio, un mes después de la creación de una comisión de investigación en el Vaticano, encargada de aclarar el caso de las filtraciones, que pone en aprietos a la jerarquía católica.
«El mayordomo habla, el Vaticano tiembla, caza contra los instigadores: hay una mujer«, escribe La Repubblica.
«También hay una mujer entre los topos del Vaticano, una laica que trabaja en el Palacio Apostólico», escribe el diario, que la describe como «joven», «casada» y que «acompañó en marzo a Benedicto XVI en su viaje a México y Cuba«.
«Empezó a trabajar en el Vaticano con Juan Pablo II y fue confirmada por Joseph Ratzinger», añade el diario.
«Nadie cree que el mayordomo fuera capaz de orquestar en solitario el «Vatileaks» y se mira hacia un nivel superior, eclesiástico», asegura.
(Rd/Agencias)