Dice que el Papa "continua su ministerio y su actividad serenamente y que es un punto de referencia sólido para la Iglesia para no dejarse turbar"
El mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, arrestado el pasado 23 de mayo y acusado de robo con agravante tras las supuestas filtraciones de documentos confidenciales de la Santa Sede, no está despedido sino en condición de «suspensión» porque no hay sentencia que haya concluido el procedimiento, según ha explicado el jefe de la Sala de Prensa de El Vaticano, el padre Federico Lombardi.
Gabriele se ha sometido a su segundo día consecutivo de interrogatorio formal, que mañana no se realizará por ser la fiesta del Corpus Domini, ni tampoco esta previsto que el interrogatorio continúe el viernes.
El portavoz vaticano ha explicado, además, que el interrogatorio formal en curso se realiza en el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano y no en la Cámara de Seguridad donde se encuentra en condición de custodia cautelar desde el día de su arresto.
También ha señalado que Paolo Gabriele se ha entrevistado con su esposa en más de una ocasión pero ha añadido que no se darán detalles por respeto a la discreción que la misma familia ha pedido.
El director de la oficina de prensa del vaticano ha asegurado que no se ha dado ninguna información sobre el contenido del interrogatorio de este martes y miércoles y que él la verifica directamente con la magistratura, con la Secretaría de Estado y algunas veces con el cardenal Julián Herranz que dirige la comisión cardenalicia.
Asimismo, el padre Federico Lombardi ha precisado que se siguen dos procesos paralelos de naturaleza diferente. En este sentido, ha recordado que la comisión cardenalicia informa al Papa directamente para comprender el contexto en el cual se han desarrollado los hechos», pero que estos relatos a la comisión no tienen carácter de testimonio.
NUEVAS CARTAS, «ACTO DE AMENAZA»
Sobre las dos cartas que se han publicado recientemente con la firma del secretario del Papa, Georg Gaenswein que contienen el escudo de la Santa Sede y son dirigidas a la Ciudad del Vaticano pero que tienen escondido el contenido ha afirmado que se puede calificar como un «acto de amenaza».
Por último, el portavoz vaticano ha añadido que actualmente se vive «una situación de dolor y que la prueba continúa» pero, al mismo tiempo, señala que hay elementos «muy claros de actitudes precisas para hacer frente a esta situación como, por ejemplo, las declaraciones de Benedicto XVI del pasado miércoles.
Además, ha añadido que «el viaje de Milán ha sido un momento muy bello» que demuestra que «el servicio a la Iglesia universal continúa» y ha subrayado que el Papa «continua su ministerio y su actividad serenamente y que es un punto de referencia sólido para la Iglesia para no dejarse turbar, también para sus colaboradores».
En todo caso, ha admitido que «el hecho de recuperar un clima de confianza es un camino y no es cuestión que se resuelve en pocos días», pero ha subrayado que la actitud de «claridad del Papa es un punto de referencia muy importante para la Iglesia Universal y también para el interior de la curia vaticana«. (RD/Ep)