Lombardi lamentó la visión negativa del gobierno central de la Iglesia transmitida por los medios de comunicación en la cobertura de esta crisis
La comisión de cardenales formada por el papa Benedicto XVI para investigar sobre la crisis por la fuga de documentos reservados conocida como «vatileaks» continúa sus pesquisas «a todo trapo», aseguró Federico Lombardi.
En un encuentro con periodistas, el director de la sala de prensa del Vaticano indicó que los tres purpurados, Julián Herranz, Josef Tomko y Salvatore De Georgi, ya entrevistaron a un total de 23 personas, a un ritmo de cuatro o cinco por semana.
Se trata de superiores y empleados vaticanos, clérigos y laicos, pero también de personas vinculadas con los ámbitos de investigación que no trabajan en la Santa Sede, precisó.
Además, Paolo Gabriele, el ex mayordomo papal que permanece detenido desde la noche del 23 de mayo pasado bajo la acusación de robo agravado, fue escuchado por los cardenales durante la semana pasada, añadió Lombardi.
Desde abril anterior los tres purpurados realizan pesquisas para dar con los «cuervos«, como han sido bautizados los personajes que desde el corazón de la Sede Apostólica han filtrado a la prensa documentos sensibles del pontificado de Benedicto XVI.
Su búsqueda ya dio como resultado el arresto del «ayudante de cámara» del líder católico, en cuya casa, ubicada dentro del perímetro del Vaticano, fueron encontrados docenas de informes confidenciales.
El sábado último los tres pasaron reseña a sus descubrimientos con el mismo papa durante una audiencia privada la cual, como precisó Federico Lombardi, no significa que su labor haya terminado.
«Ellos tienen un mandato amplio, a 360 grados. Su trabajo continúa y si alguien fue escuchado en las audiciones (conducidas por los cardenales) no significa que sea un sospechoso», refirió.
El portavoz insistió mucho en subrayar que, durante el encuentro de los purpurados con Joseph Ratzinger, no se manejaron nombres, ni de supuestos autores intelectuales ni de presuntos cómplices del mayordomo, como tampoco de sospechosos.
Consideró prematuro apuntar el dedo contra alguien en particular, aunque no descartó en la existencia de cómplices pero advirtió que, para dar con ellos, es necesario tener paciencia.
«El papa está esperando tener una visión más profunda, después tendremos, me imagino, una reflexión de su parte. Por ahora estamos en una fase de espera. Estaremos contentos de poderla resolver lo más rápida y radicalmente posible, pero para ver en profundidad se requiere tiempo», indicó.
Durante su encuentro con los periodistas, Lombardi lamentó la visión negativa del gobierno central de la Iglesia transmitida por los medios de comunicación en la cobertura de esta crisis, pero reconoció que sí existen divergencias entre los empleados de la Santa Sede.
«Que existan elementos de tensión y estos se hayan convertido en nudos sobre los cuales se discute esto es seguro, pero quizás se ha dado, de parte de la prensa, una interpretación demasiado negativa. Existen también en El Vaticano diferencias de opinión que no son complots o luchas de poder«, enfatizó.
Sobre la situación procesal de Paolo Gabriele, quien se mantiene como el único imputado por el «vatileaks», anticipó que permanecerá recluido en una celda de seguridad al interior del cuartel de la Gendarmería Vaticana.
Precisó que aún no se ha establecido el calendario de los próximos interrogatorios formales a los que será sometido, los cuales tendrán lugar en los próximos días pero no inmediatamente.
«La colaboración plena había sido declarada desde el inicio por sus abogados, clara y públicamente. Pero ahora las verificaciones están en curso. Si existe colaboración entonces debe continuar. No todo está concluido y sobre lo que ha dicho o no, nada se filtra«, advirtió Lombardi.(RD/Agencias)