En 2009 Minardi confesó a la Fiscalía de Roma que ella fue la encargada de introducir a la joven en su automóvil y llevarla hasta el lugar donde le dijo su amante
Ali Agca, el turco que disparó contra Juan Pablo II, ha afirmado que Emanuela Orlandi -hija de un empleado del Vaticano desaparecida hace 29 años y cuyo caso fue relacionado y nunca probado con el atentado contra el papa- está viva y, cambiando de versión, asegura ahora que ningún país está implicado en el caso.
«Yo, jurando ante Dios, declaro que Emanuela Orlandi está viva«, manifestó Agca en una entrevista que publica hoy el diario italiano Corriere della Sera, en la que asegura que la joven «vive en Turquía, está bien, no ha sufrido violencias infames, se la trata humanamente, sigue siendo católica y reza todos los días».
Agca, que quedó en libertad definitiva hace dos años tras cumplir la pena por el asesinato de un periodista turco, aseguró en años anteriores que el Vaticano, los servicios secretos búlgaros, los italianos, los estadounidenses… estuvieron implicados en la desaparición de la joven, pero ahora ha vuelto a cambiar de versión.
«En el pasado -reconoció- he mentido muchas veces por motivos diferentes, pero ahora digo sólo la verdad: ningún país, ninguna institución y ningún servicio secreto occidental está implicado en el secuestro«.
Según Agca, exmiembro del grupo terrorista turco de extrema derecha «Lobos grises«, Orlandi, desaparecida el 22 de junio de 1983, fue secuestrada «sólo» para lograr su liberación y que «todas las otras hipótesis y especulaciones fueron inventadas por gentes enfermas, mitómanos y paranoicos».
Hace dos años el turco aseguró que Orlandi estaba viva, pero al contrario que ahora, dijo que vivía «en una lujosa villa en Francia o Suiza». En esa fecha acusó al Vaticano de ser el inductor del atentado contra el papa Wojtyla el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro.
Ahora ha vuelto a cambiar de versión y en la entrevista dice que «mintió» y asegura que el Vaticano «es inocente» y «no tiene nada que ver» en el atentado de la plaza de San Pedro o en el secuestro de Orlandi.
El caso Orlandi ha vuelto a las primeras páginas de los medios de comunicación al conocerse que la tumba del mafioso Enrico De Pedis, jefe de la banda romana de la Magliana asesinado en un ajuste de cuentas en 1990 y enterrado en la iglesia de San Apolinar de Roma, fue abierta a mediados de mayo pasado por orden de la Fiscalía de Roma que investiga la desaparición de la joven.
Y es que en las investigaciones de estos años sobre la desaparición de Orlandi ha aparecido en numerosas ocasiones la pista de la banda mafiosa de la Magliana, de Roma.
En 2005 una mujer a la que la prensa italiana identificó como la examante de Enrico De Pedis, Sabrina Minardi, dijo en un programa televisivo que fue el mafioso quien secuestró a Orlandi y que si se quería solucionar el caso bastaba con abrir la tumba y ver quién estaba enterrado.
En 2009 Minardi confesó a la Fiscalía de Roma que ella fue la encargada de introducir a la joven en su automóvil y llevarla hasta el lugar donde le dijo su amante. Sobre el paradero final dijo que lo desconocía.
Tras abrirse la tumba, los investigadores informaron de que sólo se encontró el cadáver de Enrico De Pedis, que ha sido sepultado de nuevo, pero en un cementerio de Roma.
(Rd/Efe)