Es latinoamericano, pero "romano" y gran conocedor de esa curia que muchos cardenales ahora quieren urgentemente reformar
(Valores Religiosos).- Los diarios italianos volvieron a especular con que el cardenal argentino Leonardo Sandri puede ser el «número dos» del Papa, si finalmente el papa Benedicto XVI decide sacar al cardenal Tarcisio Bertone de la estratégica Secretaría de Estado.
Según los medios peninsulares, el argentino que fue «la voz del Papa» Juan Pablo II durante sus meses de agonía y anunció al mundo su muerte, el Pontífice habría decidido que el nuevo Secretario de Estado sea un extranjero proveniente de la escuela diplomática vaticana.
Por esto, en la lista de candidatos, además de Sandri, aparecen el francés Dominique Mamberti, actual «canciller» vaticano, y el suizo Jean Claude Perisset, nuncio en Berlín.
Las especulaciones del cambio se precipitaron por estas horas a raíz de que Bertone aparece «golpeado» y «cuestionado» por errores de gestión y comunicación en medio del escándalo por la filtraciones de documentos reservados.
En tanto, el Papa renovó parte del gobierno central de la Iglesia.
Además, si bien no figura en la lista de nombramientos oficiales del Papa, ya que dependerá de la Secretaría de Estado, el Vaticano contará con un «asesor para la comunicación», un cargo inédito. Se trata del periodista estadounidense Greg Burke, hasta ahora corresponsal de la cadena de Fox News en Roma.
En tanto, el cardenal Julián Herranz, que dirige la comisión encargada de investigar el Vatileaks, anunció este martes que en breve «revelará sorpresas». Interrogado por la prensa italiana, el purpurado reconoció que la investigación avanza «con rapidez y exactitud» y que «es intensa y a la vez útil».
También papable
«La ofensiva ha comenzado. Los cardenales extranjeros estarían trabajando en una hipótesis Sandri, eminencia argentina, pero de innegable origen italiano -sus padres emigraron de la provincia de Trento-«, escribió Marco Ansaldo, vaticanista del diario La Repubblica.
«Los norteamericanos, el grupo más importante después del italiano, de hecho no tienen un candidato fuerte para presentar. Así apuntan, con una elección indirecta y de ‘charme’, hacia el cardenal latinoamericano, para el cual contarían con consensos en todo el continente y también en Oriente», agregó.
«Sandri es el frontman [principal candidato] de los extranjeros«, insistió, al destacar que si esta operación fracasara, «los purpurados antiitalianos tendrían una carta quizás aún más sólida: la del cardenal canadiense Marc Ouellet«, nuevo prefecto de la Congregación para los Obispos.
El nombre de Sandri como candidato «papable» también fue mencionado ayer por el vaticanista de La Stampa, Andrea Tornielli, y, hace unos meses, por el norteamericano John Allen, del National Catholic Reporter.
Estos analistas también citan como posibles «papables» al canadiense Ouellet, un purpurado moderado de 67 años, y al cardenal Angelo Scola, ex patriarca de Venecia y actual arzobispo de Milán, de 70. Sin embargo, para muchos analistas la candidatura de Scola habría sido dañada por el denominado «Vatileaks», es decir, la fuga de noticias que destapó intrigas, luchas intestinas y tensiones en la Curia romana.
En la famosa carta anónima que hablaba de un complot para matar al Papa, según indiscreciones reveladas en China por el cardenal Paolo Romeo, arzobispo de Palermo, también se denunciaba que Benedicto XVI trabajaba para dejar como delfín a Scola. Esto podría haber «quemado» a Scola, teólogo conservador y uno de los máximos intelectuales del Colegio Cardenalicio.
Sandri es conocido por haber tenido el estratégico cargo de sustituto de la Secretaría de Estado, el segundo más importante después del Papa, durante el pontificado de Juan Pablo II. Entonces fue el brazo derecho del influyente ex secretario de Estado y actual decano del Colegio Cardenalicio, cardenal Angelo Sodano.
Luego fue nombrado al frente del dicasterio vaticano que se ocupa de las Iglesias Orientales y fue «creado» cardenal por Benedicto XVI en noviembre de 2007. Ex nuncio en Venezuela y México, Sandri tiene amplia experiencia en la Curia romana. Y tuvo su momento de fama internacional en los últimos meses de pontificado de Karol Wojtyla, cuando, imposibilitado éste de hablar debido al avance de su enfermedad, el argentino pasó a ser su «voz«. Además, fue él quien anunció a los fieles, la noche del 2 de abril de 2005, la noticia de la muerte del Papa.
Sandri nació en Buenos Aires el 18 de noviembre de 1943, de padres que emigraron a la Argentina desde Ala, un pueblo de la provincia de Trento. Luego de estudiar en el seminario de Buenos Aires, obtuvo una licenciatura en Teología en la Universidad Católica Argentina. Se ordenó sacerdote en diciembre de 1967 y antes de ser enviado a Roma para terminar sus estudios fue secretario privado del arzobispo coadjutor y luego cardenal de Buenos Aires Juan Carlos Aramburu.
En cónclaves pasados, también fueron considerados «papables» otros argentinos: el cardenal primado de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, de 75 años, logró ser el purpurado más votado después de Joseph Ratzinger en 2005. Y el cardenal Eduardo Pironio (1920-1998) fue considerado «papable» en los dos cónclaves de 1978, que eligieron primero a Albino Luciani (Juan Pablo I) y luego a Karol Wojtyla (Juan Pablo II).
Lo cierto es que las intrigas y los rumores de renuncia de las últimas semanas, cuyos protagonistas son en su mayoría cardenales italianos de la Curia, han espantado a los purpurados extranjeros. Ellos creen que si bien los juegos de poder son muy «italianos», dañan la imagen de la Iglesia universal. Y por eso quieren empezar a moverse para evitar que el próximo papa sea italiano. Con este último consistorio de Benedicto XVI, de los 125 cardenales electores -menores de 80 años y habilitados para participar del cónclave-, el grupo italiano, con 30 príncipes de la Iglesia, es el más numeroso, aunque está dividido.
Después de 26 años de un papa polaco y, ahora, casi 7 de un papa alemán, la consigna parecía ser que el trono de Pedro debía volver a manos italianas. Pero el Vatileaks dio vuelta todo. Según los expertos, se busca ahora un candidato no italiano. Para muchos, Sandri parece perfecto, porque es latinoamericano, pero «romano» y gran conocedor de esa curia que muchos cardenales ahora quieren urgentemente reformar. (RD/Agencias)