Nos inquieta el que, de la Iglesia, estén saliendo personas unas veces de forma clamorosa y otras de modo silencioso
La Iglesia católica requiere un ‘examen de conciencia’ por el cual reconozca sus fallas y sus pecados, para poder así desencadenar un nuevo impulso a su trabajo en el mundo, consideraron aquí los participantes en el Sínodo de los Obispos.
Una de las sesiones de trabajo de esa asamblea episcopal, que inició en El Vaticano el pasado 7 de octubre y se extenderá hasta el domingo 28, reconoció que la estructura eclesiástica padece ‘desajustes, insatisfacciones e inquietudes’.
El arzobispo español de Valladolid, Ricardo Blázquez Pérez, resumió las aportaciones de varios obispos de habla hispana que debatieron, en un ‘círculo menor’, cómo la Iglesia puede dar respuesta a la crisis de fe que afecta al mundo moderno.
En su presentación estableció que los católicos deben hacer cuentas con tiempos nuevos, caracterizados por los cambios sociales acelerados, profundos y universales provocados por el fenómeno de la globalización.
‘Ciertamente padecemos crisis, que son al mismo tiempo desafíos y oportunidades, que dificultan de modo particular la vida cristiana y la transmisión de la fe, dañan la imagen de la Iglesia y obstaculizan la inserción de muchos en la comunidad cristiana‘, indicó.
‘Nos inquieta el que, de la Iglesia, estén saliendo personas unas veces de forma clamorosa y otras de modo silencioso. Lo que hasta hace unos años era suficiente en la acción pastoral, ahora no basta’, agregó.
Para afrontar este contexto, señaló la necesidad de que todos los católicos experimenten un ‘nuevo impulso misionero‘, para llevar su mensaje especialmente a quienes se han distanciado de Dios.
(Rd/Notimex)