Invita a los católicos a "testimoniar, en medio de tanta violencia, que todas las religiones promueven la fraternidad"
(RV).- «Un mundo abierto al diálogo sobre la cuestión de Dios». De esta manera imagina el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, el escenario que se presenta al comienzo de este año. Y refuerza su impresión destacando – en una entrevista del Osservatore Romano- la actualidad del debate entre cristianismo y laicismo, que hoy se refleja en muchas partes del mundo.
Aunque una parte de la población mundial, sobre todo en Occidente, esté secularizada, no se puede negar el hecho de que Dios sigue siendo un tema de actualidad, dice el purpurado. Baste pensar en la cantidad impresionante de libros y revistas que veo expuestas, por ejemplo, en los quioscos de los aeropuertos, en los que aparece la palabra «Dios». Así pues todo un mundo está abierto a este tipo de diálogo.
De esta consideración, el cardenal destaca la importancia de la labor realizada por el dicasterio durante el año que acaba de terminar, considerando de manera especial diferentes aspectos del diálogo con el mundo musulmán.
Desafortunadamente, señala el purpurado, algunas minorías desviadas que manipulan la religión para justificar el uso de la violencia, o tratan de imponer a todos, sin hacer distinción, la ley islámica por la fuerza, constituyen un peligro no sólo para sus propias comunidades, sino también para el mundo, y hacen difícil el diálogo entre las religiones.
El cardenal Tauran recuerda, a este respecto, el sufrimiento de algunas comunidades cristianas en países como Pakistán o Nigeria. «Nada ni nadie -afirma- pueden justificar tales excesos. Por desgracia, el peso del fundamentalismo amenaza con oscurecer la dimensión religiosa y espiritual del Islam«.
Sobre el viaje del Papa en Líbano, el purpurado subraya que fue un evento fuera de lo común. Un clima cordial, favorecido por los líderes religiosos musulmanes en el país, permitió que el Papa reafirmara el compromiso de la Iglesia Católica en el diálogo respetuoso y sin ambigüedades. Y lo más importante fue que sus interlocutores musulmanes no tuvieron ninguna dificultad en reconocer que los cristianos en Oriente Medio, especialmente en el Líbano, son una riqueza. Para nosotros, la enseñanza luminosa de Benedicto XVI sigue siendo un faro en torno a la relación entre diálogo y verdad, entre anuncio y conversión.
Entre las experiencias más significativas de los últimos meses, el cardenal Tauran destaca el Centro Internacional para el Diálogo Interreligioso e Intercultural, Rey Abdullah bin Abdulaziz, que se inauguró en Viena el 26 de noviembre. Un centro que, es una amplia organización internacional no gubernamental -fundada por Arabia Saudí, Austria y España – en la que la Santa Sede está presente como miembro observador.
Es un buen canal de diálogo que esperamos permita no sólo promover un mejor entendimiento mutuo entre los creyentes, sino también crear un espacio adecuado para denunciar situaciones donde la libertad de conciencia y religión no están debidamente respetadas y tuteladas.
El presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, exhorta a tener siempre en cuenta la dimensión espiritual superior de cada religión. Lo más importante es evitar que los aspectos sociológicos o políticos hagan olvidar esta dimensión. Muchos católicos, aunque deseosos de dialogar con otros creyentes, se desalientan viendo lo que sucede a su alrededor.
El cardenal recuerda que cada cinco minutos un cristiano es asesinado por su fe. Es necesario denunciar esta situación de barbarie, que puede ser sin embargo, un estímulo para los creyentes para profundizar en sus convicciones y testimoniar en medio de tanta violencia, que todas las religiones promueven la fraternidad.
Durante el Año de la fe estamos todos comprometidos a fortalecer nuestra fe cristiana con el fin de comprender mejor su contenido y proponer de palabra y obra el mensaje de Jesucristo.