El liderazgo práctico en la Iglesia católica es ahora plenamente internacional. Y las buenas opciones vuelven a abundar en un abanico cada vez más amplio
Es inevitable. Apenas anunciar Benedicto XVI que renuncia al papado, lastrado por sus problemas de salud y escaso de fuerzas, se han disparado las ‘quinielas’ sobre el nombre de quíen puede ser su sucesor en el trono de san Pedro.
El conclave, donde se encierran los 120 cardenales electores, es un arcano, que puede deparar enormes sorpresas, pero en estos instantes todas las miradas giran hacia América, el continente donde viven más de la mitad de los católicos del mundo.
En primera línea para suceder a Benedicto XVI aparecen dos cardenales estadounidenses:
- TIMOTHY DOLAN. Estadounidense, 62 años, arzobispo de Nueva York. Es amistoso, gran intelectual, buen gestor y apasionado del béisbol. Un talento natural para la nueva evangelización.
- MARC OUELLET. Canadiense, 68 años. Prefecto de la Congregación para Obispos. Canadiense francófono, habla inglés, italiano y español. Gran teólogo, es uno de los princi pales colaboradores del Papa.
- DONALD WUERL. Estadounidense, 72 años. Arzobispo de Washington. Si no hubiera escogido el sacerdocio sería probablemente senador de los EEUU. Buen teólogo, intelectual y comunicador.
- JOAO BRAZ DE AVIS. Brasil, 65 años. Relacionado con la Teología de la Liberación (que ha apoyado aabiertamente), pero sin «excesos», matizan sus seguidores. Ha mantenido un perfil relativamente bajo en el país con más católicos en el mundo.
- ANGELO SCODA. Italilano. 71 años. Arzobispo de Milán. Hijo de camionero. La diócesis de Milán no le aceptó al sacerdocio por demasiado liberal. Gran teólogo.
- CHRISTOPH SCHÖNBORN. Austriaco. 67 años. Arzobispo de Viena. Filósofo, psicólogo, teólogo y predicador. Destacado discípulo de Ratzinger. Presidente de los obispos austriacos.
- LUIS ANTONIO TAGLE. Filipino. 55 años. Arzobispo de Manila. Activo protagonista en redes sociales. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Sabio y simpático.
- GIANFRANCO RAVASI. Italia, 70 años. Ministro de Cultura de El Vaticano desde 2007 y representa a la Iglesia en el arte, la ciencia, la cultura e incluso en foros ateos. Su perfil puede jugar en su contra si los cardenales deciden que prefieren un pastor experimentado a otro Papa con formación de profesor.
- LEONARDO SANDRI. Argentina, 69 años. Un papa «transatlántico», nacido en Buenos Aires de padres italianos. Ocupó el tercer puesto más importante dentro de la Curia (jefe de Gabinete) entre 2000 y 2007.
- ODILIO PEDRO SCHERER. Brasil, 63 años. El candidato más fuerte de América Latina. Es arzobispo de São Paulo, la mayor diócesis en el país con más católicos del mundo. De perfil conservador en su país, pero moderado para los estándares del Vaticano.
- PETER TURKSON. Ghana, 64 años. El candidato africano con más posibilidades. Es el líder de la Oficina Vaticana para la Justicia y Paz, y portavoz de la Iglesia en asuntos sociales. Ha criticado el Islam.
EL PESO DE LOS ITALIANOS EN EL VATICANO
Como explica Juan Vicente Boo en ‘ABC‘, los italianos son el 5 por ciento de los católicos del mundo, pero suman el 25 por ciento de los cardenales electores.
De cara al futuro, el discreto apoyo de algunos cardenales a la ‘opción norteamericana’ de Dolan o Wuerl favorece la alternativa ‘intermedia‘ del cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, cuyos partidarios evitan un queme antes de tiempo.
El arzobispo de Milán, Angelo Scola, es la gran esperanza de los italianos y de muchos otros que aprecian su altura teológica y su línea ratzingeriana. El cardenal de Viena, Christoph Schoenborn, no es «papable» sino «gran elector».
En el 2005 convenció a sus partidarios para que votasen a su maestro, Joseph Ratzinger. Su actitud sigue siendo la misma: orientar votos hacia el mejor.
Ese mismo papel jugará el arzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle. Con solo 55 años, el segundo cardenal más joven de la Iglesia es ya un auténtico líder por el peso de su palabra.
Entre los cardenales americanos hay que contar también a Sean O’Malley, arzobispo de Boston, y Odilo Scherer, arzobispo de Sao Paulo.
Entre los europeos con futuro, a Peter Erdö, arzobispo de Budapest y presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa, sin olvidar a Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon y primado de las Galias, y a Reinhard Marx, arzobispo de Múnich.
El nuevo rostro de África es el cardenal guineano Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo «Cor Unum», encargado de ayuda humanitaria.
El liderazgo práctico en la Iglesia católica es ahora plenamente internacional. Y las buenas opciones vuelven a abundar en un abanico cada vez más amplio.