El hecho de que Gänswein conserve el cargo y siga siendo secretario personal de Benedicto XVI podría crear confusión sobre su papel e influencia entre los dos papas
El secretario de Benedicto XVI, el alemán Georg Gänswein, estará al servicio tanto de Ratzinger como de su sucesor de forma provisional, algo inédito en la historia vaticana. Gänswein fue nombrado en diciembre por el papa prefecto de la Casa Pontificia, el órgano que organiza la agenda papal, fija las audiencias solemnes y privadas, dispone las ceremonias pontificias -excepto la parte estrictamente litúrgica- y coordina los preparativos de sus viajes.
Ordenado obispo el 6 de enero y ascendido a arzobispo ese mismo día, su papel será clave durante la entronización del nuevo pontífice.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, explicó que la función de prefecto de la Casa Pontificia es principalmente logística y no tiene influencia en las decisiones de la Iglesia. Sin embargo, según varios observadores, el hecho de que Gänswein conserve el cargo y siga siendo secretario personal de Benedicto XVI podría crear confusión sobre su papel e influencia entre los dos papas.
Por otra parte, el prelado italiano Francesco Coccopalmerio, canonista de la Santa Sede, explicó ayer en el Corriere della Sera que después de que Benedicto XVI renuncie a su pontificado no volverá a ser cardenal, sino obispo emérito de Roma, «y podrá seguir con el título que se ha utilizado hasta ahora: su santidad Benedicto XVI».