No creo que tendremos una sucesión de no-italianos perpetuándose por siglos
«Si hay un ‘buen’ italiano, un cardenal italiano bien preparado, creo que él siempre es favorito». El arzobispo de Sídney, el cardenal George Pell, en declaraciones previas al silencio del precónclave, considera improbable que el sucesor de Benedicto XVI, que se votará a partir de este martes, provenga de los países en desarrollo.
«Este no es aún el mejor momento para elegir a un papa de los países en desarrollo. No sé exactamente cuándo o cuánto tiempo tardará, pero la elección de un papa de América Latina deberá suceder en los próximos cien años», pronostica el cardenal, que también tiene pocas posibilidades de ser escogido.
Para Pell, las opciones de los italianos siempre son mayores. «El papa es el obispo de Roma. Entonces, si hay un ‘buen’ italiano, un cardenal italiano bien preparado, creo que él siempre es favorito«, analizó el arzobispo. Pese a que Juan Pablo II haya nacido en Polonia y Benedicto XVI en Alemania, el cardenal considera ser muy difícil la continuidad de otras nacionalidades en el liderazgo de la Iglesia. «No creo que tendremos una sucesión de no-italianos perpetuándose por siglos», comentó.
La candidatura al cargo es considerada comportamiento inapropiado para un cardenal u tampoco hay cualquier lista de candidatos. Cualquiera de los 115 cardenales con menos de 80 años puede ser electo si alcanza la mayoría de dos tercios más uno. Sin embargo, Pell reconoce la existencia de facciones, a las que llama de «distintas escuelas de pensamiento». Conforme el australiano, el lobby aún no ha empezado.
Tradicionalmente, los cardenales se encuentran en Roma nueve días antes de la reclusión en el Vaticano, para las discusiones preliminares. «No existe una regla. Buscamos la mejor persona, el mejor cardenal. Podrá ser más joven o mayor, pero dudo que tenga la misma edad que la de Benedicto XVI cuando fue elegido», afirmó. Pell argumenta que lo más importante es que el nuevo papa tenga la capacidad de enseñar y tomar decisiones.
La renuncia de Benedicto XVI ha sido una sorpresa para el arzobispo australiano. «Él siempre dejó claro que era una posibilidad, pero fue un choque por el momento en el que fue anunciada, cuando la mayoría de la Curia estaba de vacaciones. Pero eso solo demostró que él es un cristiano serio y honesto, que quiere lo mejor para la Iglesia», resaltó. Para Pell, el principal legado de Benedicto XVI será sus enseñanzas y la defensa de la doctrina.
Entre los objetivos principales, el cardenal considera que el próximo pontífice debe ser capaz de salvar a la Iglesia Católica del poder de «demonios de la sociedad moderna», tales como el alcohol, las drogas y la prostitución. «No podemos disminuir nuestra influencia. Si perdemos la lucha contra los divorcios, la reducción del número de nacimientos y otros desafíos, no será bueno para el mundo occidental», anticipa.
Pell también defiende la participación de los jóvenes en el cotidiano de la Iglesia Católica. «Necesitamos, incluso, usar los medios sociales, presentando nuestras enseñanzas en un idioma que entiendan de una manera accesible», afirmó. El arzobispo australiano espera que la Jornada Mundial de la Juventud, que se llevaré a cabo del 23 al 28 de julio, sea una «gran recepción» al nuevo papa.
(Rd/Agencias)