"Un Papa que nos facilite el camino de la recuperación de la fe de una forma más rápida y más fácil"
(José Manuel Vidal, enviado especial a Roma).- Lo que va de la gloria al ocaso. A las 9,30 el cardenal Scola, papable cotizado, celebraba eucaristía en la Basílica de los Santos Apóstoles abarrotada de público y con decenas de periodistas siguiéndole los talones. Unas calles más abajo, a las 10,30, en la iglesia de San Lorenzo in Dámaso, el otrora poderosísimo cardenal español, Antonio María Rouco Varela, decía misa para 40 personas y tres periodistas. Sic transit…
Rouco, que incluso llegó a sonar como papable en el anterior cónclave, está de salida, con 77 años cumplidos. Y, aunque la decisión le corresponderá al próximo Papa, eso lo nota la gente y, sobre todo, los periodistas.
El cardenal de Madrid, que ofició en italiano, se mostró «contento» de estar en el templo del que es titular. Un templo del que alabó su «relación con la Iglesia de España». Por ejemplo, en el nombre, que es «el mismo que mi universidad católica de Madrid, que también se llama San Dámaso».
Al comentar el evangelio de la parábola del hijo pródigo, Rouco aseguró que «todos nos hemos desviado del camino recto que nos conduce a la casa del Padre». Y añadió: «Nadie puede decir que en su vida no hay pecado. No siempre hemos estado en la casa del Padre». Y para regresar a la casa del Padre Dios, tenemos, según el cardenal de Madrid, «del sacramento de la penitencia».
Y, tras la catequesis, la actualidad. Al final de su homilía, el cardenal de Madrid se refirió al cónclave y a la elección del nuevo Papa. A su juicio, debería ser «un sucesor de Pedro que nos ayude a recuperar la fe, sobre todo en los viejos países de raíces cristianas».Un nuevo Papa, «para hacer el camino de la conversión y reencontrar el futuro de Europa».
Por eso, pidió a los presentes oraciones por el cónclave. Para que «el Señor nos regale un Papa según la medida del corazón de Cristo, que nos facilite el camino de la recuperación de la fe de una forma más rápida y más fácil».