"Feliz regreso, a no ser que tenga que quedarse". "Mejor volver a casa, mejor volver a casa... pero siempre hacer lo que Dios quiera", respondió Sistach
(Jesús Bastante, enviado especial al Vaticano).- Último domingo antes del Cónclave. Todos los cardenales, casi sin excepción, se han dirigido a las parroquias que tienen como sede romana a presidir la Eucaristía del Domingo. La del «hijo pródigo», y los cardenales regresaban a «su» casa, o la del «padre bueno», el que la Iglesia necesita y que ellos elegirán a partir del martes.
Los españoles también hicieron lo propio. El cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, entró poco antes de las doce del mediodía en San Sebastián de las Catacumbas, una de las siete basílicas menores de Roma, en la zona donde surgieron las primeras comunidades clandestinas romanas. Al lado de donde, según la leyenda, Jesús le dijo a Pedro «Quo Vadis?«.
Ante una iglesia casi repleta, el cardenal fue recibido por «su» parroquia con aplausos y despedido por el párroco y los franciscanos conventuales que custodian las catacumbas con el deseo de «un feliz regreso, a no ser que tenga que quedarse«. «Mejor volver a casa, mejor volver a casa… pero siempre hacer lo que Dios quiera«, respondió entre risas el purpurado, quien pronunció la homilía en italiano, e improvisando por momentos.
Arrancó Sistach recordando que «todas las parroquias de todo el mundo rezan por el buen resultado del Cónclave», y glosó la figura del padre bueno en el ejemplo de Benedicto XVI, de quien destacó su «profunda espiritualidad y coherencia«. «El Papa ha renunciado porque, en conciencia, ha pensado que no podía ejercer el ministerio petrino de forma adecuada», lo cual suscita «nuestro reconocimiento y afecto».
Ante el inminente Cónclave, el cardenal de Barcelona asumió que «es un día especialemnte importante para toda la Iglesia, romana y universal, que rezará para que los cardenales podamos elegir un buen pastor, que guíe a la Iglesia con el amor de Dios».
«Todo el Pueblo de Dios participará en el Cónclave, con su oración y apoyo al trabajo y responsabilidad de los cardenales, y al aliento del Espíritu Santo», incidió Sistach, quien concluyó su homilía esperando «una fumata blanca que indique que ha sido elegido un Papa que sea el mejor pastor para la Iglesia».
«No sabemos quién será«, afirmó posteriormente, en un breve breafing con algunos periodistas que acudieron a la iglesia de San Sebastián. Sí quiso dejar claro Sistach la necesidad de escoger «al mejor Papa para el hombre de hoy y para el mundo y la Iglesia de hoy y de mañana».
Es su primer Cónclave, por lo que el purpurado afirmó sentirse «algo nervioso y confiando en el Señor. Hemos trabajado mucho en estos días, y esperamos que salga el mejor Papa».
Sobre la responsabilidad en la Iglesia, Sistach indicó que «todos los cristianos debemos ser pastores. El Papa, con toda la Iglesia. Él sólo no lo puede hacer: la Iglesia la tenemos que hacer entre todos, el Papa, los cardenales, los obispos, los sacerdotes, la vida religiosa y los laicos de todo el mundo, que son millones y millones».
«Necesitamos amarnos los unos a los otros, y que el futuro Papa sea un hombre con un gran conocimiento de Dios y del mundo, y para afrontar los retos principales, que son los de la evangelización», concluyó Sistach.
Por su parte, el cardenal de Sevilla, Carlos Amigo, presidió la misa en la iglesia de Santa María de Montserrat de los españoles, la más típicamente española. Amigo señaló en la homilía que la Iglesia «no debe repetir sus errores, pero tampoco exagerarlos«, que el papa no es un «tecnócrata», sino un pastor, y que da igual de donde provenga el próximo, «ya que Dios entiende todos los idiomas y conoce todos los colores de las caras«.
En la misma, el purpurado imploró al Espíritu Santo y la oración de los fieles para que los cardenales electores «sepan elegir» el Pontífice que necesita a Iglesia, «que será el que quiera el Espíritu Santo». «Dios jamás dejará de sostenerla con sus brazos«, afirmó.
«La credibilidad de la Iglesia llega por las personas«, subrayó el cardenal, que aseguró que a pesar de la secularización que recorre el mundo «la Iglesia no está en retirada y tienes deseo de renovación». Asimismo destacó que la Iglesia «no se reinventa» en cada pontificado.
Sobre estos días de precónclave, Amigo apuntó que ser elector supone una «responsabilidad», aunque entre los cardenales «hay una enorme paz, sabemos que Dios está con nosotros, nos acompaña y esto es una señal del Espíritu Santo».
«No hay ningún tipo de angustia, sino una gran serenidad, paz y el deseo de buscar aquella persona que puede servir mejor a la Iglesia», destacó.