Ratzinger está "siguiendo con atención por televisión" las imágenes de inicio de Cónclave, y se une en oración por el buen resultado del mismo
(Jesús Bastante, enviado especial al Vaticano).- «Benedicto XVI no participará en la misa de inicio del Pontificado«. Federico Lombardi, portavoz vaticano, anunció este mediodía en el Media Center, que el Papa emérito no acudirá a la entronización de su sucesor, cuyo nombre podríamos conocer hoy.
«La Trinidad«. Así conocen ya en Roma al trío formado por el portavoz vaticano, Federico Lombardi; el canadiense Tom Rosicka; y el español José María Gil Tamayo. Los tres han llevado a cabo las tareas informativas en el precónclave, y este mediodía quisieron presentarse en el Media Center para saludar a los periodistas acreditados específicamente para el Cónclave.
«Es un momento extremadamente emocionante«, declaró Lombardi hablando de estos días, «muy intensos», desde la noticia de la renuncia de Benedicto XVI hasta su despedida y la convocatoria y celebración del Cónclave.
«Conozco a buena parte de los cardenales, y siento la emoción de todos ellos al pronunciar su juramento en la Sixtina«, añadió el portavoz vaticano, quien quiso defender la responsabilidad de los purpurados. «Estos días tienen que ser un ejemplo de una gran comunidad como la Iglesia vive un momento histórico». Lombardi aseguró no conocer cuánto cuesta organizar un Cónclave.
Lombardi apuntó que el lunes habian encontrado al secretario papal Georg Gaenswein, quien les relató que el Papa emérito estaba «siguiendo con atención por televisión» las imágenes de inicio de Cónclave, tanto la misa Pro Eligendo Pontifice como la jura de los cardenales hasta el Extra Omnes, y que se unía en oración por el buen resultado del mismo. Gaenswein está durante los días del Cónclave en Roma, lo que no resta a la atención al Papa emérito, que cuenta con otro secretario particular.
A su vez, entre risas, la «trinidad» explicó cómo se consigue el humo negro o blanco, gracias a la segunda estufa, que cuenta con un potenciador, y con una serie de elementos técnicos. «No somos químicos, yo estudié Biblia«, dijo, entre aplausos, el padre Rosicka. Eso sí: la fumata, en esta ocasión, dura hasta siete minutos.
Al introducir cada voto, según un reciente relato del cardenal Lehmann, cada cardenal pronuncia, en latín, las siguientes palabras:
«Pongo por testigo a Jesús, el cual me juzgará, por el que doy mi voto a aquel que en conciencia creo que debe ser elegido».
Gil Tamayo explicó cómo el cardenal Harvey, el último en jurar, comprobó cómo los goznes de cierre de la puerta de la Sixtina chirriaban antes del «Extra Omnes». Un operario, con un «Tres en Uno», arregló la cuestión.
En cuanto al día a día de los cardenales en el Cónclave, Lombardi apuntó que fuera de la Sixtina, los cardenales pueden hablar entre ellos a la hora de comer en Santa Marta y en períodos de descanso, que pueden servirles de ayuda a la hora de definir su voto. Aunque reconoció que «no tenemos una información exacta». «Los cardenales están en Cónclave, no de ejercicios espirituales«, tradujo Gil Tamayo, quien incidió en que los purpurados necesitan tiempo de descanso, pues están sometidos a mucha tensión.
Lombardi se puso serio cuando le preguntaron por las acusaciones de la asociación de víctimas de abusos sexuales SNAP, a quienes pidió «no dar demasiado eco». Al hablar del caso específico del cardenal Mahony, y otros cardenales acusados por SNAP, el portavoz vaticano volvió a reafirmar su derecho de «participar en el Cónclave sin presiones de ningún tipo». «Son bien conocidos los procesos seguidos contra el cardenal Mahony y otros cardenales, y algunos quieren hacer caja de resonancias de algunas referencias que están cargadas de un fuerte componente juicio negativo previo a otras instancias».