"Pedimos que el Papa defienda los derechos humanos dentro de la Iglesia, de la misma manera que los defiende en el mundo".
«Los problemas que dejó Juan Pablo II siguen sobre la mesa y con Benedicto XVI han empeorado«. El movimiento Somos Iglesia, que en casi todo el mundo propugna una reforma a fondo de la institución, presentó ayer en Roma su carta a los cardenales poco antes de que estos se reunieran en el cónclave. Piden que el Gobierno del Papa sea acompañado con «un sínodo de obispos no solo consultivo sino deliberante», que se ponga fin «al eurocentrismo de la Iglesia» y que se redefina al mismo Pontífice como un «primero entre iguales» respecto a los demás obispos y no como un «primero sobre los demás». Añaden que debe ser una «persona que facilite el diálogo entre las religiones, una especie de punto de referencia o de conciencia del mundo».
Sobre las cuestiones afines a la sexualidad, solicitan que cambie la moral de la iglesia, dejando las decisiones a «la responsabilidad personal de la pareja» y que los sacerdotes futuros sean «indicados por las comunidades católicas», sin importar que «sean célibes o casados o se trate de mujeres«. También piden la readmisión de los sacerdotes que han tenido que dejar el cargo para casarse.
«La Iglesia necesita un renacimiento completo«, dijo en una rueda de prensa el portavoz italiano Vittorio Bellavite. «Pedimos que el Papa defienda los derechos humanos dentro de la Iglesia, de la misma manera que los defiende en el mundo», añadió Marta Heizer, presidenta internacional de la organización católica. R. D. (RD/Agencias)