"La escolta de seguridad está al servicio del Papa y no al revés. Por lo tanto se adaptan al estilo pastoral que el Papa prefiera"
En menos de 24 horas desde que pasara de Jorge María Bergoglio a Francisco, el nuevo Papa ya ha dado muestras de ser alguien muy especial. Los feligreses admiraron emocionados los primeros gestos del Pontífice a su salida al balcón de la plaza San Pedro de Roma tras ser elegido. Su humildad al pedir que rezaran por él y su carácter cercano -al hablar al pueblo de forma más directa que otros papas- han propiciado que muchos se pregunten si estamos ante un nuevo estilo de pontificado.
A nadie se le escapa que durante su primera visita ya como Papa a la basilica Santa María la Mayor fuera muy temprano, a las ocho de la mañana y llegase a bordo de un coche mucho más austero que el que solía utilizar la comitiva de Benedicto XVI. En vez de un Mercedes de gran tamaño, Francisco fue transportado por Volkswagen negro.
Tras esa visita para rezar, de camino de regreso al Vaticano también sorprendió al querer recoger personalmente su equipaje en la Casa del Clero, cerca de Piazza Navona, en donde se había hospedado en las jornadas de las Congregaciones Generales y el cónclave. La escolta del Papa en todo este trayecto era reducida. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, ha explicado que «la escolta de seguridad está al servicio del Papa y no al revés. Por lo tanto se adaptan al estilo pastoral que el Papa prefiera».
Seguridad aparte, la guinda del viaje la puso Francisco cuando además quiso pagar la factura de los días que se ha hospedado en la Casa del Clero «para dar ejemplo».