Por primera vez en la historia, habrá dos papas en la Santa Sede, y ninguno de ellos vivirá en el Palacio Apostólico
(Jesús Bastante).- Una nueva situación histórica. Un Papa que regresa al Vaticano, que sigue siendo papa pero ya sin poder, jubilado. Y que probablemente será recibido por su sucesor, quien quiere contar con él -en la medida de lo posible- en los primeros meses de su pontificado. Un gesto que demostrará la reforma en continuidad, en lo que la Iglesia es maestra desde hace siglos: Benedicto regresa hoy junto a Francisco. Y, como adelantó RD, y acaba de confirmar la Santa Sede, Bergoglio saldrá a recibir a Ratzinger.
Desde que el pasado 28 de febrero hiciera efectiva su renuncia, Benedicto XVI ha vivido en la residencia estival de Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros de Roma, donde permaneció «oculto al mundo», pese a algunas fotografías mientras paseaba junto a su secretario Georg Gaenswein y al encuentro que mantuvo con el nuevo Papa.
A las 16,30 horas, Ratzinger regresará al Vaticano como se fue, en helicóptero, y se alojará en el convento Matter Ecclesiae, no lejos del convento de Santa Marta, donde vive el papa Francisco. Por primera vez en la historia, habrá dos papas en la Santa Sede, y ninguno de ellos vivirá en el Palacio Apostólico.
El papa Francisco recibirá personalmente al papa emérito Benedicto XVI a las puertas del monasterio «Mater Ecclesiae». En el helipuerto del Vaticano será recibido por el secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone; el presidente del Governatorato (gobernador de pequeño estado), el purpurado Giuseppe Bertello, y el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Angelo Sodano.
También le acogerán el Sustituto de la Secretaría de Estado (número 3 del Vaticano), el arzobispo Angelo Becciu; el subsecretario de Asuntos Exteriores, el arzobispo Dominique Mamberti, y el secretario del Governatorato, el arzobispo Giuseppe Sciacca.
Desde el helipuerto se trasladará en coche hasta el monasterio de clausura, distante un centenar de metros, a cuyas puertas le esperará el papa Bergoglio.
El Papa emérito residirá en el monasterio junto a monseñor George Ganswein –prefecto de la Casa Pontificia y que se configura como un elemento crucial para asegurar el contacto permanente entre ambos pontífices- y las cuatro laicas consagradas de la comunidad «Memores Domini» que lo cuidan. Se dedicará a rezar y a sus aficiones como la lectura, escuchar música y pasear por los jardines o el palacio pontificio.
El papa llevará la vida de oración que ha elegido con su renuncia al pontificado y vivirá atendido por las cuatro laicas y con el diácono que desde unas semanas le ayuda en labores de secretaría, dijeron fuentes vaticanas, quienes apuntaron que no sería extraño que Francisco y Benedicto mantengan «frecuentes y discretos contactos». La reforma del aparato curial y el modo de aplicar soluciones al caso «Vatileaks» harán necesario que Bergoglio se deje aconsejar por Ratzinger.
Un Ratzinger que no se encuentra bien de salud, aunque la Santa Sede explique concienzudamente que no tiene ninguna enfermedad específica, sólo los achaques típicos de su edad. Sin embargo, durante la recepción a Francisco en Castel Gandolfo, se pudo percibir un notable bajón en la salud del emérito, quien se apoyaba en un bastón, tenía la voz más débil y estaba mucho más delgado que antes de partir de la Roma eterna a la que esta tarde retorna. Y de la que, muy probablemente, ya no saldrá.