A raíz de la renuncia, Benedicto XVI tuvo «tres semanas difíciles, pero después empezó a mejorar»
¿Quién irá a Castel Gandolfo este verano? ¿Benedicto XVI? ¿Francisco? ¿Los dos? ¿O ninguno? La residencia veraniega de los pontífices, un remanso de paz y tranquilidad que muchos desearían fervientemente, no es objeto de deseo del Papa emérito ni de su antecesor. Francisco quiere pasar el verano en Santa Marta, trabajando, e invita a Ratzinger a Castel Gandolfo. Benedicto, por su parte, insiste a Bergoglio en que debe ser él quien acuda.
Por el momento, el único anuncio oficial al respecto es que Francisco rezará desde allí el Angelus del próximo 14 de julio. Y que, a diferencia de otros años, Ratzinger no participará en el encuentro que se celebra en este rincón, situado a 30 kilómetros de Roma, y al que acuden sus ex alumnos.
Así, el presidente del «Círculo de Antiguos Alumnos de Ratzinger», padre Stephan Otto Horn, quien fue su ayudante desde 1971 a 1977 en la Universidad de Regensburg y mantiene contacto regular con su antiguo profesor, visitó a Benedicto XVI a principios de junio y le encontró frágil pero contento, según manifestó a la CNS.
Según Horn, su antiguo profesor de Teología «tiene ya 86 años, y a esa edad no se es tan fuerte. Pero le vi muy descansado. Su memoria es ágil. Sus ojos son brillantes y alegres». A raíz de la renuncia, Benedicto XVI tuvo «tres semanas difíciles, pero después empezó a mejorar». El Papa emérito «está convencido de que su decisión fue la correcta», y está muy contento de haberla tomado.
Horn añadió que Benedicto XVI ha intentado convencer al Papa Francisco a que vaya una temporada a Castel Gandolfo para descansar un poco y escapar del tórrido calor de Roma. A su vez, Francisco insiste a Benedicto XVI a que vaya él, pues está muy claro que le gusta el lugar en que solía pasar casi tres meses cada verano pues sufre bastante con el calor romano.
Joseph Ratzinger informó a Horn que no acudirá al encuentro anual de los antiguos alumnos, que se celebrará como cada verano en Castel Gandolfo del 29 de agosto al 2 de septiembre.
El Papa emérito quiere mantenerse apartado del mundo, y desea evitar al máximo la visibilidad. Por ese motivo tampoco acudirá a la ceremonia de entrega de los Premios Ratzinger de este año al biblista anglicano Richard A. Burridge y al teólogo laico alemán Christian Schaller, el próximo 26 de octubre. Los premios serán entregados por el Papa Francisco.
(Rd/Agencias)