El objetivo de Benedicto XVI era el de superar tensiones, y no crearlas, añadió Lombardi, quien niega que Francisco vaya a ir en contra del Summorum Pontificum
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La investigación abierta a los Franciscanos de la Inmaculada, y la prohibición de que celebren la Eucaristía en latín no supone que el Papa contradiga a Benedicto XVI, según ha explicado a la prensa el portavoz vaticano, Federico Lombardi. Para el jesuita, el nombramiento de un Comisario Apostólico para esta congregación «está relacionado con la vida y el gobierno de la Congregación en su conjunto y no solo con cuestiones litúrgicas».
El hecho de que Papa Francisco, explicó el director de la Sala de Prensa vaticana, «haya dispuesto que los religiosos y sacerdotes de la misma Congregación deban celebrar la liturgia según el rito ordinario (a menos que haya una explícita autorización de las autoridades competentes para el uso de la forma extraordinaria) no pretende contradecir las disposiciones generales expresadas por Benedicto XVI con el motu proprio «Summorum Pontificum», sino responder a problemas específicos y tensiones que se han creado en esta Congregación con respecto al rito de la celebración de la Misa».
El objetivo de Benedicto XVI era el de superar tensiones, y no crearlas, añadió Lombardi, quien niega que Francisco vaya a ir en contra del Summorum Pontificum.
Algunos grupos tradicionalistas ya se han mostrado en contra de la decisión de Francisco. No así los religiosos, quienes la aceptaron de inmediato. La polémica viene del fundador y superior general de la comunidad, el padre Stefano Manelli, quien impuso a todas las comunidades de los franciscanos de la Inmaculada el uso exclusivo de la forma extraordinaria de la liturgia, es decir el rito antiguo. El motu proprio «Summorum Pontificum» de Benedicto XVI liberalizó su uso en las misas siempre y cuando haya una petición por parte de un grupo estable de fieles. Como rito propio (y, por lo tanto, exclusivo) pueden adoptarlo los institutos religiosos y las comunidades monásticas que viven en comunión con Roma después de haber participado en el cisma lefebvriano, por lo que se ven sometidas a la jurisdicción de la Pontificia Comisión «Ecclesia Dei».
Los franciscanos de la Inmaculada nacieron después del Concilio y, además, un sondeo entre los frailes demuestra que la mayor parte de ellos desea celebrar con el rito ordinario. De hecho, los franciscanos de la Inmaculada se negaron a reunir firmas en línea para presentarla al prefecto de la Congregación par los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica en contra del Decreto del 11 de julio que puso bajo investigación al instituto.
(RD/Vatican Insider)