Hasta ahora, Scarano no ha perdido la titularidad de las cuentas bancarias utilizadas para sus sospechosas transferencias
El promotor de justicia del Tribunal Vaticano, Giampiero Milano, presentó una solicitud de rogatoria internacional a Italia, en el marco de las investigaciones que se refieren a monseñor Nunzio Scarano, acusado de blanqueo de dinero. La noticia fue confirmada por el Padre Federico Lombardi, respondiendo a algunos periodistas.
Esto supone, confimó la Santa Sede, la primera ocasión en la historia en la que la Santa Sede solicita al Estado italiano ayuda -«asistencia jurídica mutua«, es el término- para instruir una causa tan polémica como poco común en el territorio vaticano.
«Monseñor 500», como se conoce a Scarano, era un «delincuente consumado», un experto que dejaba poco margen a la improvisación, señaló el juez que en estos días ha controlado las denuncias por las que el prelado fue arrestado y encarcelado en Regina Coeli desde el pasado 28 de junio.
Lo demuestra la organización de las operaciones necesarias que realizó en favor de los armadores napolitanos D’Amico», señaló el juez que depositó las motivaciones en la cárcel romana, desde donde Scarano escribió el pasado 21 de julio una carta al papa Francisco negando todos los cargos que se le imputan y ofreciéndole entregar otros documentos que supuestamente probarían su inocencia.
El magistrado informó que hasta ahora, Scarano no ha perdido la titularidad de las cuentas bancarias utilizadas para sus sospechosas transferencias.
Scarano fue arrestado junto al ex agente de los Servicios Secretos, Giovanni Maria Zito, y el mediador financiero Giovanni Carenzio, por los delitos de corrupción, calumnia e intento de reciclaje, al intentar llevar 20 millones de euros de Suiza a Italia.
La investigación sobre el dinero, que luego se supo pertenece a los empresarios napolitanos D’Amico, es sólo una parte de una investigación más amplia sobre el Instituto para las Obras de la Religión (IOR), la cual es llevada por los magistrados Stefano Fava y Nello Rossi.
De acuerdo con sus investigaciones, Scarano se preparó como todo un «delincuente consumado» diciendo también que había perdido un cheque de 400 mil euros, cuestión que le costó la acusación de calumnia, además de la predisposición de una serie de comunicaciones intervenidas donde los jueces se dieron cuenta que ese dinero sería para pagar al ex agente secreto, aunque Scarano aseguró que eran parte de un préstamo personal.
Sus cómplices, se lee en las motivaciones del juez Filippo Casa, estaban enterados de toda la situación.
La disponibilidad a practicar el ilícito para su propio beneficio personal, a costo de la violación de sus deberes intitucionales, delinea también una personalidad muy peligrosa por parte de Zito», indica Casa.
Sin embargo, para los jueces, la figura más «inquitante» sigue siendo monseñor Scarano.
Particularmente inquietante la personalidad de Scarano, la cual, gracias a los diversos interrogatorios de los jueces (romanos y salernitanos), se han podido apenas dar cuenta de quién es el imputado.»
Cabe recordar que Scarano es investigado también por la Procuraduría de Salerno por haber hecho diversas operaciones financieras que violaban todas las normas antilavado y que, según él mismo, de acuerdo a las declaraciones de su amigo Massimiliano Marcianó, habría operado diversas transacciones desde el extranjero para algunas potentes familias en Italia, como los D’Amico y Agnelli, donde aprovechaba su posición como diplomático de la Santa Sede.
Los jueces explicaron que durante el último interrogatorio en la cárcel, Scarano desmintió las operaciones hechas a favor de la familia Agnelli diciendo: «Según ustedes, ¿los Agnelli habrían confiado en uno como yo?«.
Los jueces siguen pensando que Scarano no sólo debe continuar en la cárcel, sino que debe ser vigilado con el máximo rigor.
(RV/Agencias)