Un tercio de la población, siete millones de personas, necesitan asistencia humanitaria. Más de 110.000 ciudadanos han muerto
(Osservatore Romano).- La mitad de los dos millones de refugiados obligados hasta ahora a huir de Siria está formada por niños. Un dato que, más que cualquier otro, fotografía las dimensiones de la tragedia humana del país medioriental. «Existe el riesgo de que una generación entera de niños se convierta en una generación perdida», denuncia en esta entrevista -cuya síntesis ofrecemos- a nuestro periódico el cardenal Antonio Maria Vegliò, presidente del Consejo Pontificio para la pastoral de los emigrantes y de los itinerantes.
¿Cuál es la situación actual?
La situación en Siria aparece particularmente desastrosa y cada día que pasa no hace más que empeorar, con profundas consecuencias humanitarias. En los últimos seis meses el número de refugiados se ha duplicado, pasando de un millón de personas a dos millones.
Y no hay que olvidar a la población que se ha quedado en Siria.
En efecto. Un tercio de la población, siete millones de personas, necesitan asistencia humanitaria. Más de 110.000 ciudadanos han muerto.
¿El Consejo pontificio tiene previstas iniciativas especiales?
Nuestro dicasterio estudia día a día la situación en Siria y desarrolla su obra siempre con las Iglesias locales, que tienen la responsabilidad directa. Además, una de las tareas de este Consejo pontificio es dar a conocer y sensibilizar a la opinión pública respecto a tal fenómeno.