Desde la Santa Sede, no ha trascendido el contenido oficial de la reunión, ni siquiera si Francisco pronunciará unas palabras al comienzo o al final, o contestará a las cuestiones que puedan plantearle el "Consejo de Ministros"
(Jesús Bastante).- «Consejo de Ministros» extraordinario en la Santa Sede. Francisco se reúne, desde las diez de esta mañana, con los nueve prefectos de las Sagradas Congresgaciones, así como con los 12 presidentes de Pontificios Consejos. El «Gobierno» del Vaticano, reunido por primera vez de manera extraordinaria. Sin orden del día y por sorpresa.
Pocos días después del nombramiento del nuevo secretario de Estado, este sorpresivo encuentro se enmarca, según distintas fuentes, dentro del imparable proceso de reforma de la estructura de la Curia y el Gobierno central de la Iglesia. A los seis de la elección de Francisco, el Papa ha considerado un buen momento para hacer balance de las primeras decisiones, e informar a sus inmediatos colaboradores de su futuro. La reunión también sirve como despedida al cardenal Bertone, quien abandonará la secretaría de Estado el próximo 15 de octubre.
Dos semanas antes, el 1 y 2 de octubre, Francisco recibirá a la comisión de ocho cardenales encargada de elaborar un proyecto de reforma de la Curia. La misma, coordinada por el cardenal Maradiaga, ya ha hecho llegar al Papa distintos informes por continentes. Durante la JMJ, Bergoglio se encontró con el cardenal hondureño para perfilar los aspectos primordiales de dicha reforma, que llevaría a un gobierno más colegiado de la institución, así como al «adelgazamiento» de la estructura curial.
En todo caso, se trata de una cumbre extraordinaria, que no se diio durante los pontificados de Juan Pablo II ni de Benedicto XVI, y que parece indicar a las claras que el deseo de reforma de la Curia es un objetivo primordial de Francisco. Como él mismo ha resaltado en varias ocasiones, ése es uno de los encargos recibidos por los cardenales durante el Cónclave.
Desde la Santa Sede, no ha trascendido el contenido oficial de la reunión, ni siquiera si Francisco pronunciará unas palabras al comienzo o al final, o contestará a las cuestiones que puedan plantearle el «Consejo de Ministros». Sí parece que Francisco querrá escuchar cuáles son las opiniones de cardenales y arzobispos curiales ante una reforma que, indefectiblemente, afectará a su futuro y al de los dicasterios que presiden.