Luchar siempre en favor de la vida y de aquellos que no son considerados económicamente productivos, convenientes, para que no sean marginados o directamente suprimidos
Francisco advirtió que si un pueblo no respeta a los ancianos pierde su memoria y, por lo tanto, carece de futuro. En el sermón de su misa matutina, celebrada en la capilla de la residencia vaticana de Santa Marta, el pontífice lamentó que actualmente se viva en un tiempo en el cual los adultos mayores no cuentan.
«Es feo decirlo, pero se descartan porque molestan. Los ancianos son aquellos que nos traen la historia, la doctrina, nos traen la fe y nos la dan en herencia», afirmó.
Francisco contó una historia sobre una familia con un abuelo que, cuando comía la sopa, se ensuciaba la cara. Entonces el padre indicó a sus hijos este comportamiento, compró una mesita y lo hizo comer aparte. Cuando después llegó a casa del trabajo, vio que uno de los hijos estaba jugando con la madera y le preguntó qué estaba haciendo.
«Esta historia me hizo mucho bien, por toda la vida. Los ancianos son un tesoro. De verdad la vejez muchas veces es un poco fea, por las enfermedades que conlleva. Pero la sabiduría que tienen nuestros ancianos es la herencia que nosotros debemos recibir», sostuvo.
«Un pueblo que no custodia a los ancianos, un pueblo que no los respeta, no tiene memoria, perdió la memoria. Los ancianos son el tesoro de nuestra sociedad», apuntó.
Las palabras del obispo de Roma coincidieron con la presentación, este día, de una conferencia internacional del Vaticano sobre el tema: «La Iglesia al servicio de la persona anciana enferma: El cuidado de las personas afectadas por patologías neurodegenerativas«.
El encuentro, organizado por el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, reunirá a especialistas de 57 países distintos del 21 al 23 de noviembre próximos. Según Zygmunt Zimowski, presidente del consejo, actualmente las formas de demencia senil afligen más de 35 millones de personas en todo el mundo y están en fuerte crecimiento con siete millones 700 mil nuevos casos cada año.
Zimowski ha instado a ayudar y respetar en el núcleo familiar y en la Iglesia a los ancianos, sobre todo a los enfermos de Alzheimer, y a «rechazar firmemente cualquier forma de eutanasia«.
«Luchar siempre en favor de la vida y de aquellos que no son considerados económicamente productivos, convenientes, para que no sean marginados o directamente suprimidos, como demuestra el elevado número de abortos y la aparente difusión de la eutanasia«, ha remarcado Zimowski.
Concretamente, ha apuntado que existen muchas formas de demencia senil, entre las que el Alzheimer es la más difundida –más del 50%–, que afectan a más de 35 millones de personas en todo el mundo y aumentan al ritmo de 7,7 millones de casos nuevos al año. «Según esas estimaciones –ha asegurado– en 2030, los enfermos podrían superar los 65 millones».
Por ello, ha destacado la necesidad de involucrar a las personas ancianas en la vida y misión de la Iglesia y ha resaltado que es necesario «promover el amor y la comprensión entre las generaciones, el respeto hacia el anciano desde el núcleo familiar que debe privilegiar una cultura de la unidad en donde cada uno da su aportación insustituible» y «rechazar firmemente cualquier forma de eutanasia de los ancianos«.
Por su parte, el secretario del Pontificio Consejo para los Operadores Sanitarios, monseñor Jean-Marie Mupendawatu, ha explicado que esta conferencia internacional intentará «reafirmar la dignidad de la persona anciana y en particular del anciano enfermo» y ha precisado que se trata de «una dignidad que es propia de cada fase de la existencia humana, en condiciones de salud plena o fuertemente comprometida, y que requiere invariablemente un reconocimiento y pleno respeto».
Esta conferencia de tres días se celebrará del 21 al 23 de noviembre en el Aula Nueva del Sínodo y reunirá a casi 700 participantes de 57 países entre los que se encuentran investigadores, médicos, personal eclesiástico y sanitario, profesionales y voluntarios que trabajan en el ámbito de la asistencia a las personas ancianas.
Esta reunión se inaugurará el próximo jueves con una Misa en el Altar de la Cátedra de San Pedro a las 7.30 horas y después el presidente de este dicasterio vaticano, monseñor Zygmunt Zimowski, realizará el discurso de apertura acerca ‘La preocupación de la Iglesia por las personas ancianas enfermas: el magisterio pontificio de las últimas décadas’.
Además, tras un programa lleno de conferencias y mesas redondas, el sábado por la mañana los participantes se reunirán junto a enfermos en el Aula Pablo VI en un encuentro de oración guiado por el secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, el español José Rodríguez Carballo.
Al finalizar, el Papa Francisco recibirá en audiencia a los operadores sanitarios y los enfermos, una ocasión «única» ante la clausura del Año de la Fe, según ha precisado monseñor Zimowski que ha añadido que le expresará su gratitud por «sus palabras y testimonios hacia los ancianos, las personas que sufren y los débiles».
(RD/Agencias)