Prefieren una vida enjaulada en su preceptos, en sus compromisos o en su espiritualidad
El Papa ha criticado este viernes durante una misa en Santa Marta a los cristianos «tristes y cerrados» que no creen «ni en el Espíritu Santo ni en la libertad que viene de la predicación», pidiendo a los presentes un rezo por ellos.
El Santo Padre ha comparado la actual generación con «aquellos muchachos siempre descontentos que no saben jugar con felicidad, que rechazan siempre la invitación de los otros y si hay música, no bailan o si se canta un lamento, no lloran». «Ninguna cosa les está bien», ha lamentado.
«Aquella gente no estaba abierta a la Palabra de Dios. Su rechazo no era al mensaje, era al mensajero. Rechazaban a Jesús, porque decían que era un glotón, un borracho, amigo de pecadores. Siempre tienen un motivo para criticar al predicador», ha explicado.
En este sentido, ha alertado de que el pueblo de Dios tiene «una cierta alergia» por los predicadores de la Palabra, recordando que a los profetas «los ha perseguido y asesinado». «Estas personas dicen aceptar la verdad de la revelación, pero al predicador, la predicación, no. Prefieren una vida enjaulada en su preceptos, en sus compromisos o en su espiritualidad«, ha señalado.
Por ello, ha instado a no estar siempre «descontento» con los predicadores, porque Dios «habla a través de ellos». «Escandaliza el hecho de que Dios nos hable a través de hombres con límites, hombres pecadores: ¡escandaliza! Y escandaliza más que Dios nos hable y nos salve a través de un hombre que dice que es el Hijo de Dios y que termina como un criminal», ha señalado.
«Estos cristianos tristes no creen en el Espíritu Santo, no creen en aquella libertad que viene de la predicación, que te advierte, te enseña, te abofetea. Estos cristianos que son cerrados, que están enjaulados, no son libres«, ha concluido. (RD/Ep)