Con que haya manzanas podridas dentro del clero tenemos que contar siempre, porque somos humanos
(José M. Vidal).- Confirmado como subsecretario de la Congregación del Clero, el español Celso Morga reivindica el papel del sacerdote «para hacer felices a los hombres». Además, pide a los curas que sean «austeros, dedicados y cercanos», reconoce que siempre habrá «manzanas podridas dentro del clero, porque somos humanos» y cree que Francisco ha traído un «huracán» a la Iglesia.
Decía usted recientemente que uno de los objetivos del Directorio para los sacerdotes es evitar que se desanimen. ¿Cunde el desánimo entre los curas?
En algunos ambientes hay ganas de retomar la tarea, pero en otros sí hay desánimo. Pero debemos tener esperanza.
¿Cuáles cree que son las causas de ese desaliento?
Las causas creo que provienen de dentro, es decir: sacerdotes que se ordenaron sin convencimiento, sin estar seguros (con la seguridad que en estos campos puede haber) de que el Señor les llamaba por ese camino. También hay sacerdotes que entraron con buen pie, pero a los que la vida les golpeó y les hizo fallar. Es decir, que hay causas que provienen del principio, pero otras las va dando la propia vida. Y otros simplemente se dan cuenta de que no pueden con esa misión.
La sociedad actual tampoco se lo pone fácil
No, y en eso siempre insisto bastante. Pero lo que el directorio quiere decir es que los sacerdotes son muy necesarios para hacer felices a los hombres. Para darles felicidad en esta tierra en la medida en que puede darse antes de la felicidad eterna. Hay que mirar en profundidad y no dejarse llevar por las apariencias. Hay quienes tienden a alejar a los sacerdotes, o a hacerles formar parte de una especie de cultura marginada, ya pasada. Así que tenemos que convencernos de que somos muy necesarios. La apariencia puede llevarnos a pensar esto, que ya no sirven, que pertenecen a una cultura del pasado. Pero en realidad llevan consigo una misión que es muy necesaria para la sociedad.
¿La sociedad española reconoce la labor de sus sacerdotes, cuando muchas veces es el último que queda en los pueblos, a pie de obra?
La sociedad española pertenece a esa sociedad occidental que está experimentando el fenómeno de la secularización, que pasa por abandonar el cristianismo y la Iglesia como una cosa del pasado, buscar otros caminos, otros modos y otras formas de vida lejos de toda regla moral, buscando la felicidad en lo inmediato, en el dinero, en lo que da placer… Y olvidarnos de eso que la Iglesia transmite, que parece que va contra nuestra felicidad y que nos fastidia. El sacerdote está en esa lucha, en la que se tiene que mantener pensando que lleva un mensaje y cumple una misión que puede dar la felicidad al hombre en profundidad, aunque aparentemente se la quite. Tiene que recordar que lleva consigo un mensaje de felicidad y de auténtica humanidad.
Y para eso, según el Papa, vale el testimonio directo
Sí, el «olor a oveja». Una actitud de estar entre la gente, de no tener miedo a esta cultura y saber afrontarla. Y sobre todo estar convencido de la fecundidad y de la necesidad de nuestro testimonio y de nuestro ministerio. Para el sacerdote es básico querer a la gente en su circunstancia, con lo que está pasando. Si no haces eso, te pierdes.
Ejemplos como el del obispo de Limburgo no ayudan mucho…
Poco ayudan, efectivamente.
¿El clero debe ser más austero, más pobre?
Efectivamente: más austero, más pobre, más dedicado a su misión, más cercano a la gente y a sus problemas… Hay que llevar a la gente a Cristo sin tener miedo a nada. si no hacemos esto no estamos sirviendo, porque nuestro cometido es ofrecer a las personas una respuesta que no se encuentra en otro sitio.
¿La gente sigue teniendo sed espiritual?
Sí, y ello explica todos los nuevos movimientos o sectas que están surgiendo en nuestra sociedad. Porque la gente busca espiritualidad, busca otro mundo que les llene. Hay hambre de espiritualidad.
¿El problema de las manzanas podridas en el clero se ha terminado?
No. Es algo con lo que tenemos que contar siempre. Somos humanos, y yo no me voy a escandalizar porque un sacerdote cometa una cosa que no debe. Lo peor es no querer luchar, no querer arrepentirse, no querer admitir el equívoco… Ése es el problema: que no haya ese deseo de reparar o de convertirse. Nosotros predicamos siempre la conversión, porque con el pecado contamos. Todos somos pecadores.
¿Los aires nuevos se notan en Roma?
El Papa Francisco ha traído aires nuevos, desde luego. Más bien, no solamente aires: huracanes.
Usted ve la Plaza de San Pedro desde su ventana, abarrotada todos los miércoles y domingos…
Sí. Ayer salí del oficio a las 12 y media para venirme a Madrid, y no podía. Tuve problemas para llegar al avión, porque no se podía caminar ni por la plaza ni por las calles adyacentes. Es una cosa impresionante.
¿Es un referéndum continuado del Pueblo de Dios?
Al Papa Francisco van a buscarle. Él también busca a la gente, pero es más buscado aún. Quizás toca las teclas clave en el corazón humano: la ternura, la misericordia, el perdón… Cosas que a la gente le tocan profundamente y le llenan.
¿En la curia hay miedo de que pueda hacer una verdadera revolución?
Miedo no, hay una cierta expectativa, porque vivimos momentos en los que el mismo Papa también está pensando las cosas (no es que lo tenga ya todo planeado). Y la gente está esperando.
¿Cree, como otros analistas, que la ‘Evangelii Gaudium’ es la hoja de ruta del Papa Francisco para reformar la Iglesia?
Pienso que si. Estoy leyendo la «Evangelii gaudium» y me parece que tiene todas las caracteristicas de un documento programatico. El Santo Padre mismo lo dice en algun punto: «quiero que la Iglesia entre en esta dimanica de mision, da anuncio gozoso del Evangelio», con las carecteristicas que el documento va exponiendo. Es una Exhortacion apostolica que te envuelve en preguntas y planteamientos muy exigentes, evangelicos, tanto a nivel personal como comunitario.
¿Hay resistencias, en la Curia y en la Iglesia, a los cambios promovidos por el Papa?
Como percibo yo las cosas, no veo resistencias. Como todo inicio de Pontificado, hay que dejar correr un tiempo de conocimiento reciproco, pero para un catolico el Papa, sea quien sea, es el representante de Cristo en Tierra con esa caractreristica de paternidad espiritual tan tipica de la Iglesia Catolica. La eleccion de Papa Francisco, me parece, fue una sorpresa para casi todos, pero es un don precisoso del Espiritu Santo para la Iglesia y el mundo que nos toca vivir. Y esto lo veo y lo toco en Roma todos los dias. Agradezco profundamente al Señor este don e intentemos todos ponernos en sintonia profunda con lo que él ve y desea para la Iglesia, hoy y ahora.
¿El aire fresco que sopla de Roma se está notando también en España, por ejemplo con el nombramiento dle nuevo secretario general del episcopado, José María Gil Tamayo?
Me alegrò el nombramiento de Jose Maria. Somos amigos. Pienso que es un nombramiento acertado porque es un excelente sacerdote, por la experencia que tiene en la Casa de Añastro y por su condicion de periodista. Hago votos para que la Iglesia en España continue su camino de evangelizacion en profunda comunion con la Sede de Pedro como es caracteristica constante de nuestra tradicion española.
¿Esos cambios se van a notar en las iglesias nacionales también?
Por supuesto que sí, a la larga. Todo lo que surge en el centro acaba llegando a las iglesias locales.
¿Se nota una nueva ilusión pastoral?
Pienso que sí.
Algunos titulares
-Algunos piensan que los sacerdotes forman parte de una especie de cultura marginada, ya pasada, pero lo ciertos es que somos muy necesarios para la sociedad
-Los sacerdotes no debemos tener miedo a esta cultura
-Necesitamos un clero más austero, más pobre, más dedicado a su misión y más cercano a la gente y a sus problemas
-El cometido de los sacerdotes es ofrecer a las personas una respuesta que no se encuentra en otro sitio
-Con que haya manzanas podridas dentro del clero tenemos que contar siempre, porque somos humanos. Yo no me voy a escandalizar porque un sacerdote cometa una cosa que no debe
-Nosotros predicamos siempre la conversión, porque con el pecado contamos
-El Papa Francisco no ha traído aires nuevos, sino más bien huracanes