El Papa estaba sentado en su mesa de siempre y cuando se levantó para irse, también lo hizo Fellay, que se acercó al Papa y se arrodilló ante él, pidiéndole una bendición
Francisco se encontró «fugazmente» con el superior de los lefebvrianos, Bernard Fellay, tras la cena en la residencia de Santa Marta. No hubo reunión, ni fecha exacta del encuentro, aunque sí parece que el Papa «tiene un verdadero interés» en resolver la cuestión.
Así lo explica Elisabetta Piqué en La Nación, citando al sitio web tradicionalista Rorate Caeli, que escribió que para «proteger a sus fuentes» no quería indicar la fecha exacta del encuentro, que tuvo lugar «hace algunos meses», en la segunda mitad del pontificado.
Rorate Caeli también publicó que no se trató de un encuentro «casual». Destacó que, como el Papa decidió vivir en Santa Marta, es «más accesible» que pontífices anteriores, y que Francisco había sido informado de la presencia de Fellay en la residencia. «El encuentro aparentemente fue corto y cordial», indicó también, y concluyó su primicia diciendo que, según sus fuentes, «el Papa tiene un verdadero interés en resolver esta situación».
Texto íntgero de Lombardi
«Confirmo que el modo con el cual el Comunicado de la Fraternidad San Pío X descrive los hechos en relación con el momento del «encuentro» entre mons. Fellay y Papa Francisco, corresponde a la verdad. El hecho se verificó en ocasión de una visita a Roma de mons. Fellay para un encuentro informal con mons. Pozzo, en el cuadro de las relaciones entre la Comisión Ecclesia Dei y la Fraternidad San Pío X, y que son parte de las tareas de la misma Comisión».
El vaticanista Andrea Tornielli, sin embargo, dijo en Vatican Insider que el encuentro entre Fellay y el Papa fue más bien casual, ya que se encontraron en el comedor de Santa Marta, donde ambos estaban cenando, pero en mesas distintas. El superior de los lefebvristas había sido invitado a cenar allí por el arzobispo Augustine Di Noia y el obispo Guido Pozzo, que trabajan en la pontificia comisión Ecclesia Dei, creada por Juan Pablo II en 1988 para intentar superar el cisma.
El Papa estaba sentado en su mesa de siempre y cuando se levantó para irse, también lo hizo Fellay, que se acercó al Papa y se arrodilló ante él, pidiéndole una bendición. «El encuentro, por lo tanto, fue breve, no hubo audiencia ni una conversación cara a cara«, según Tornielli, que en diálogo con LA NACION destacó que no había que esperarse del mismo alguna novedad en cuanto a un acercamiento entre las dos partes, sino más bien la confirmación de la importancia que el Papa le da a la cultura del diálogo.
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Posteriormente, la Fraternidad emitió el siguiente comunicado:
El 10 de mayo de 2014 el sitio de habla inglesa Rorate Caeli publicó, bajo el seudónimo «Adfero», una «información exclusiva» cuyas fuentes – se decía – no podían ser divulgadas. Esta «información exclusiva», reproducida por diversos medios, revelaba que Mons. Bernard Fellay, Superior General de la Fraternidad San Pio X, se había reunido con el Papa Francisco. El 11 de mayo, la agencia romana I.Media señalaba que los dos asistentes de Mons. Fellay, los Padres Niklaus Pfluger y Alain-Marc Nély, habían asistido a la misa privada del Papa.
Los Padres Pfluger y Nély jamás asistieron a la misa privada del Papa, y los periodistas que lo afirman tendrían no poca dificultad para indicar el día de esta pretendida asistencia. He aquí los hechos.
El 13 de diciembre Mons. Fellay y sus asistentes se dirigieron a Roma a pedido de la Comisión Ecclesia Dei para una reunión informal. Al final de este encuentro Mons. Guido Pozzo, secretario de la Comisión, invitó a sus interlocutores a almorzar en el comedor de la Casa Santa Marta, donde se sumó Mons. Agustín Di Noia, secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. En este amplio comedor el Papa almuerza a diario, apartado de los otros comensales.
Mons. Pozzo quiso presentar Mons. Fellay al Papa cuando éste abandonaba el comedor. Hubo un breve intercambio en el que el Papa Francisco dijo a Mons. Fellay, según la fórmula de cortesía habitual, «encantado de conocerlo», a lo cual Mons. Fellay respondió que rezaba mucho, y el Papa le pidió que rezara por él. Tal fue la «reunión» que duró algunos segundos.
En la entrevista que concedió a Le Rocher (abril-mayo 2014), Mons. Fellay había respondido a la pregunta siguiente: ¿Ha habido un acercamiento oficial de Roma para ponerse nuevamente en contacto con Ud. desde la elección del Papa Francisco? – «Hubo un acercamiento « no oficial » de Roma para ponerse nuevamente en contacto con nosotros, pero nada más, y yo no he solicitado una audiencia como lo había hecho luego de la elección de Benedicto XVI. Actualmente para mí las cosas son muy simples: permanecemos como estamos. De los reiterados contactos de 2012 algunos concluyeron que establecía como principio supremo la necesidad de un reconocimiento canónico. La conservación de la fe y de nuestra identidad católica tradicional es primordial y sigue siendo nuestro primer principio».






