La Santa Sede quiere afianzar una alianza para proteger a los cristianos y asegurar la paz en Oriente Medio
(J. Bastante).- Francisco acaba de aterrizar en el aeropuerto internacional de Ammán, en Jordania. El histórico viaje del pontífice argentino a los lugares donde vivió Jesús arrancó a las 8,26 horas cuando el Airbus de Alitalia partió del aeropuerto de Fiumicino. 2.300 kilómetros más tarde, Francisco fue recibido por dos niños, que le entregaron una orquídea negra, y una salva de la guardia personal del rey Abdallah.
Como sucediera en la pasada JMJ de Río, su primer viaje internacional, el Papa llevó consigo su equipaje de mano al subir la escalinata del avión. En apenas cuatro horas, el vuelo llegó a su primer destino: Jordania. El país con el que la Santa Sede quiere afianzar una alianza para proteger a los cristianos y asegurar la paz en Oriente Medio que hoy, a punto de arrancar la visita del Papa de la paz, parece menos lejana que nunca.
Francisco pasó por el espacio aéreo de Italia, Grecia, Chipre e Israel, antes de recalar en Jordania, donde en un momento será recibido por los Reyes antes de la primera misa multitudinaria en el Estadio Internacional de Ammán. Posteriormente, visitará el lugar donde, según la tradición, fue bautizado Jesús en Betania, y se encontrará con los refugiados y jóvenes discpacitados en la iglesia latina de Betania.
En la escalinata le esperaba el príncipe Ghazi bin Muhammed, junto al patriarca de Jerusalén, Fouad Twal, y Pierbattista Pizzaballa, custodio de Tierra Santa.
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