El Pontífice ha despertado, por así decirlo, a los fieles católicos; ha suscitado un particular entusiasmo que los ha llevado, evidentemente, a ser más generosos y a contribuir con las necesidades de la Iglesia universal
Ha habido un «efecto Francisco» incluso en los fondos del Óbolo de San Pedro, la ofrenda que cada año todos los católicos del mundo envían para las obras de caridad del obispo de Roma.
A pesar de los embates de la crisis económica, la suma reunida en 2013 superó los 78 millones de dólares, frente a los 65,9 millones de 2012. Lo reveló, en una entrevista con «Avvenire», el arzobispo Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado, es decir el esclesiástico que se ocupa de la primera sección de este dicasterio vaticano, misma que, históricamente, se ocupa de administrar el Óbolo.
Durante los úlitmos años se había registrado una disminución de las ofrendas. En 2009, el total alcanzó la cifra de 82,5 millones de dólares, y un año más tarde disminuyó a 67 millones de dólares. En 2011 hubo un pequeño incremento (con 69,7 millones de dólares), pero en 2012 se registró una caída, seguramente debido a la crisis económica y a otros factores, como el descrédito de la Iglesia en ciertos países (motivado por los escándalos financieros y la pederastia clerical).
Sin embargo, durante 2013, explicó mons. Becciu, «registramos un repunte significativo. Los datos todavía no son los definitivos», pero indicarían que se alcanzó la cifra de 78 millones de dólares.
La crisis económica, añadió el arzobispo a propósito de la posible motivación de este repunte, no ha disminuido, pero «considero que nos encontramos frente a un «efecto» Papa Francisco. El Pontífice ha despertado, por así decirlo, a los fieles católicos; ha suscitado un particular entusiasmo que los ha llevado, evidentemente, a ser más generosos y a contribuir con las necesidades de la Iglesia universal».
(RD/Agencias)