¿Que si quiero ir a China? ¡Pero claro! ¡Mañana! Nosotros respetamos al pueblo chino. La Iglesia pidió solamente la libertad para su ministerio, para su trabajo
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El papa Francisco se se reunió ampliamente con la prensa en el vuelo papal que lo condujo de Corea del Sur a Roma. En la entrevista a bordo del avión, habló de las «crueldades del mundo», de cómo detener la guerra en Irak, de su deseo de ir a China, de su eventual renuncia y de su «posible» viaje a España por el Centenario de Santa Teresa de Ávila.
En la larga charla con los periodistas, al término de un extenuante viaje de cinco días a Corea del Sur, el pontífice argentino respondió en italiano a 14 preguntas sobre todo tipo de temas, conversando por una hora y quince minutos con periodistas de once nacionalidades.
Viaje a España
Estas son las palabras textuales del Papa Francisco sobre su posible visita a España en 2015. Antes de responder a esta pregunta concreta, el Papa glosa sus viajes internacionales. Y cuando llega el turno de España, afirma:
Francisco: «Y por último, lo de España. Los Reyes me han invitado, el Episcopado me ha invitado… pero hay una lluvia de invitaciones para ir a España. Que si Santiago de Compostela, que si… A lo mejor (es posible, pero no digo más porque no está decidido), ir por la mañana a Ávila y Alba de Tormes y regresar a primera hora de la tarde. Sería posible. Esta es la respuesta. Gracias»
Periodista: ¡Es posible!
Francisco: «Sí, pero no está decidido. Ecco, esta es la respuesta».
Irak
El papa Francisco afirmó hoy que es «justo» detener a los agresores en Irak, pero «no bombardear», al referirse a las acciones aéreas del Ejército de Estados Unidos en el norte de ese país, durante una rueda de prensa a bordo del avión en el que regresaba de su viaje a Corea del Sur.
«Cuando hay una agresión injusta es lícito detener al agresor injusto, pero no bombardear, no hacer una guerra. Los medios deben ser evaluados», dijo Francisco, según los medios italianos.
El pontífice argentino, que ha enviado como emisario al norte de Irak al cardenal Fernando Filoni, indicó que «una sola nación no puede juzgar cómo se detiene una agresión».
«Después de la II Guerra Mundial esto es un deber de Naciones Unidas», señaló el papa, para recordar cómo «tantas veces, con la excusa de detener a los agresores, las potencias se han apropiado de los pueblos y han realizado verdaderas guerras de conquista».
Francisco desveló a los periodistas que viajaban con él en el vuelo de regreso desde Corea que había pensado en ir a Kurdistán para dar su apoyo directamente a las poblaciones cristianas y otras comunidades asediadas por los extremistas islámicos.
Pero añadió que le desaconsejaron acudir al Kurdistán iraquí, ya que no «era lo mejor en estos momentos», y por ello decidió mandar al cardenal Filoni.
No obstante, aseguró que él estaría dispuesto a viajar a esa zona para dar su apoyo a los que sufren.
«Hay cristianos mártires, pero también hombres y mujeres que sufren y no sólo los cristianos, y todos somos iguales ante Dios», destacó.
Renuncia
El papa Francisco aseguró hoy que también renunciaría al pontificado si siente que no puede continuar con su misión, durante la rueda de prensa que ofreció a bordo del avión en el que viajaba de regreso del su viaje a Corea del Sur.
«¿Y si yo sintiera que ya no puedo seguir? Haría lo mismo. Rezaré, pero creo que haría lo mismo», respondió a los periodistas que viajaban con él, según informan los medios de comunicación italianos.
Francisco explicó que aunque «esta idea no guste a muchos teólogos», para él, la figura del papa emérito «no es una excepción».
Para el pontífice argentino, «el papa emérito sigue siendo una institución, porque nuestra vida se alarga y a una cierta edad ya no se tiene la capacidad para gobernar bien, porque el cuerpo se cansa».
El papa respondió así al describir cómo transcurre su convivencia con el papa emérito Benedicto XVI, quien renunció al pontificado al alegar que le «faltaban las fuerzas» el 28 de febrero de 2013.
«Nos vemos. Antes de partir fui a visitarlo. Dos semanas antes, me envió un escrito interesante y me pedía mi opinión. Tenemos una relación normal«, explicó.
Al respecto de su salud y del poco descanso, el papa explicó que pasó sus vacaciones en casa como lo ha hecho siempre.
«Pasé las vacaciones en casa, como hago normalmente (…) Tengo alguna neurosis y hay que curarla bien. La mía es que son un poco apegado a mi hábitat. La última vez que fui de vacaciones, con la comunidad jesuita, fue en 1975«, explicó.
En este periodo de descanso en julio, Francisco relató que se dedicó a dormir más, a leer cosas que le gustan, escuchar música y rezar más.
Sobre las cancelaciones de algunas visitas que había previsto como la de ir al hospital Gemelli de Roma, Francisco explicó que «habían sido días muy llenos» y agregó: «Ahora sé que tengo que ser prudente».
Al respecto sobre cómo vive su popularidad, Francisco dijo que la siente como «generosidad del pueblo, del verdadero pueblo».
«Dentro, trato de pensar en mis pecados, en mis errores, para no creérmela, porque yo sé que esto durará como yo, dos o tres años, y luego… ¡A la casa del Padre!«., dijo.
También reconoció que vive esta popularidad «con más naturalidad» ahora, porque antes le «asustaba un poco».
Al contestar sobre cómo es su vida en el Vaticano, el papa argentino reiteró que le gustaría poder salir más y reconoció que al principio de su pontificado se sintió «un prisionero».
«Al principio sí, pero después cayeron algunos muros. Por ejemplo, el papa no podía usar el ascensor solo, pero cuando vino alguien a acompañarme, le dije: ¡Tú, vete a tu sitio, que yo bajo solo!’. Y se acabó la historia», relató el papa.
Beatificación de monseñor Romero
El papa Francisco abrió el camino para acelerar la beatificación del asesinado arzobispo salvadoreño Oscar Romero por considerar que no quedan problemas doctrinales que lo impidan.
Romero, el arzobispo de San Salvador, fue asesinado de un disparo al corazón en marzo de 1980 cuando oficiaba la misa. Romero solía denunciar la represión de los militares salvadoreños al inicio de la guerra civil (1980-1992). Tenía 63 años.
El prelado alcanzaría la beatificación por ser considerado un mártir. Según sus devotos murió por su fe y defender al pueblo. Sus detractores opinan que no pasó de ser un activista político.
El pontífice dijo el lunes a los periodistas que lo acompañaban de regreso de Corea del Sur que el caso de Romero había sido «demorado por prudencia» por la Congregación pero que ahora quedaría «destrabado» y que el caso había pasado al departamento que decide sobre la santidad de los candidatos. «Es importante que el tema avance rápidamente», dijo el pontífice, aunque enfatizó que el proceso debe cumplir con sus requisitos.
El proceso de beatificación fue aprobado por el Vaticano en mayo de 2005, cuando la Congregación de la Doctrina de la Fe concluyó que Romero fue «un mártir de la Iglesia, asesinado por su fe cristiana». Con la entronización del papa Francisco el proceso fue desbloqueado el 22 de abril y ahora avanza.
Francisco declaró que Romero «era un hombre de Dios» y sugirió que deseaba expandir el concepto de martirio para incluir una mayor amplitud de candidatos.
En contraste con los candidatos regulares a la beatificación, los mártires pueden alcanzar el primer paso previo a la santidad sin que se atribuya un milagro a su intercesión. Pero se necesita un milagro para la canonización.
Tradicionalmente, la Iglesia ha restringido la designación de mártir a las personas que murieron a manos de quienes profesaban odio a la fe católica. Francisco propuso que los teólogos estudien para determinar si los que murieron a causa de sus acciones cumpliendo la tarea de Dios también pueden ser considerados mártires.
«Lo que me gustaría es que aclarasen cuándo hay un martirio a causa del odio de la fe -por confesar la fe- como también por hacer el trabajo para el próximo que ordena Jesús«, aclaró el pontífice.
Las cuestiones sobre dicha distinción han orientado el debate teológico acerca de si Romero fue asesinado por un escuadrón de la muerte derechista de El Salvador por profesar la fe o por su activismo político en apoyo de los pobres.
El arzobispo, llamado «la voz de los sin voz», recibió el disparo mortal cuando oficiaba misa, un día después de pedir a los militares en una homilía: «En nombre de Dios y de este sufrido pueblo les ruego, les suplico, les ordeno, en nombre de Dios, cese la represión».
Un informe de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas, creada poco después de los acuerdos de paz, determinó que el autor intelectual del crimen fue el ya fallecido mayor Roberto D’Abuisson, fundador del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que gobernó el país durante 20 años (1989-2099).
Sin embargo, los responsables del crimen no serán castigados debido a una amnistía promulgada por el gobierno de Arena horas antes de ser divulgado el informe de la Comisión en 1993.
Papa Francisco. «¿Que si quiero ir a China? ¡Pues claro!»
Pregunta y respuesta del Papa Francisco, en la rueda de prensa del avión de regreso de Corea a Roma, sobre las relaciones entre la Santa Sede y China; la posibilidad de un viaje papal. La pregunta y la respuesta se produjeron, según indicó el padre Lombardi, mientras el avión papal sobrevolaba territorio chino. Esta fue la respuesta del Papa Francisco sobre China:
«Cuando, a la ida, estábamos por volar a través del espacio aéreo chino, fui a la cabina y uno de los pilotos me mostró un registro y me explicó que solo faltaban diez minutos para entrar al espacio aéreo chino y que teníamos que pedir la autorización (una cosa normal que hay que hacer siempre con cada país) y sentí cómo pedían la autorización y cómo respondían; fui testigo de ese momento. El piloto dijo: ahora parte el telegrama, no sé cómo haya hecho, pero lo hizo. Después me despedí de los pilotos y volví a sentarme y recé tanto, por ese hermoso pueblo chino: un pueblo sabio.
Pienso en todos los grandes sabios chinos, pienso en la historia de ciencia, de sabiduría… También nosotros los jesuitas tenemos nuestra historia allí, con Matteo Ricci…
¿Que si quiero ir a China? ¡Pero claro! ¡Mañana!
Nosotros respetamos al pueblo chino. La Iglesia pidió solamente la libertad para su ministerio, para su trabajo. Ninguna otra condición. Y luego no hay que olvidar la carta fundamental para el problema chino, la que envió a los chinos Papa Benedicto XVI. Esa carta hoy sigue siendo actual. Hace bien volver a leerla. La Santa Sede siempre ha estado abierta a los contactos, siempre, porque tiene un verdadero afecto por el pueblo chino».