El camino de la mundanidad de estos enemigos de la cruz de Cristo es así, ¡Te conduce a la corrupción! Y luego terminas como este hombre, ¿Verdad? Abiertamente robado
«Un día una propina aquí, el otro día un soborno allá, poco a poco se llega a la corrupción», y le sucede también a los «cristianos barnizados», dijo este viernes el papa Francisco en la homilía de la misa celebrada en la Casa de Santa Marta.
Jorge Bergoglio habló del riesgo de ser «cristianos mundanos»; «paganos con dos pinceladas de cristianismo», «habituados a la mediocridad».
Estos, comentó, tienen mentalidad mundana en lugar de ser «ciudadanos de los cielos» y son apegados al dinero, agregó Francisco, citado por Radio Vaticana.
La reflexión partió de la carta de San Pablo a los Filipenses, sobre los cristianos que se comportan como «enemigos de la cruz de Cristo».
«También hoy hay muchos. Debemos estar atentos para no caer en ese camino de cristianos paganos, cristianos en la apariencia. Y la tentación de acostumbrarse a la mediocridad, la mediocridad de los cristianos, de estos cristianos, es precisamente su ruina, porque el corazón se entibia, se convierte en tibio», advirtió.
Y a los tibios el Señor les dice una palabra fuerte:» ‘Porque eres tibio, estoy por vomitarte de mi boca´. Es muy fuerte, son enemigos de la Cruz de Cristo. Tienen el nombre, pero no siguen las exigencias de la vida cristiana».
Pablo, dijo el Papa, habla así de la «ciudadanía» de los cristianos.
«Nuestra ciudadanía», señaló, «está en los cielos. Es eterna. Son ciudadanos del mundo, no de los cielos. Ciudadanos del mundo».
«Y el apellido es mundano. Protéjanse de éstos, remarcó. Así señaló Francisco, que todos, también él, debemos preguntarnos: «¿Tendré algo de estos? ¿Tendré algo de la mundanidad dentro de mí? ¿Algo del paganismo?».
«¿Me gusta alardear? ¿Me gusta el dinero? ¿Me gusta el orgullo, la soberbia? ¿Dónde tengo mis raíces, es decir, de dónde soy ciudadano? ¿Del cielo o de la tierra? ¿Del mundo o del espíritu del mundo? Nuestra ciudadanía está en los cielos, y allí esperamos, como Salvador, al Señor Jesucristo. ¿Y la de ellos? Su suerte final es la destrucción».
«Estos cristianos barnizados, terminarán mal; pero miren al final: ¿Dónde te lleva esa ciudadanía que tienes en tu corazón? Aquella ciudadanía mundana lleva a la ruina, aquella de la Cruz de Cristo al encuentro con Él», subrayó el Pontífice.
El Papa señaló algunos signos «en el corazón» que muestran que se está «deslizando hacia la mundanidad. Si tu amas y si estás apegado al dinero, a la vanidad y al orgullo, advirtió, vas por el mal camino. Si, en cambio, continuó, buscas amar a Dios, el servir a los demás, si eres amable, si eres humilde, si usted es el servidor de los demás , vas por el buen camino».
Después de la carta a los filipenses, el papa Francisco comentó la parábola del administrador que estafa al patrón. «¿Cómo ha llegado este administrador del Evangelio al punto de engañar, de robar a su amo? ¿Cómo ha llegado? ¿De un día para otro?. No. Poco a poco. Un día, una propina aquí, al otro día un soborno allí y poco a poco se llega a la corrupción. El camino de la mundanidad de estos enemigos de la cruz de Cristo es así, ¡Te conduce a la corrupción! Y luego terminas como este hombre, ¿Verdad? Abiertamente robado».
(RD/Agencias)