Hasta ahora, prevalecía en Roma el método de los grandes bancos: la Curia controlaba a la periferia
(José M. Vidal).- Un «polo cultural» en el Vaticano. Ésa es la propuesta lanzada por el cardenal Gianfranco Ravasi, actual prefecto del Pontificio Consejo para la Cultura, en declaraciones a la agencia portuguesa Ecclesia. En esencia, consistiría en unir el Consejo de la Cultura con el actual dicasterio de Educación, englobando múltiples instituciones vaticanas, como los Museos, la Biblioteca o el Archivo secreto.
«Cultura y Educación, que actualmente son dos organismnos vaticanos, podrían convertirse en una única entidad», explica Ravasi. Es decir, «un único gran dicasterio, que englobaría a muchas instituciones, como la Academia de las Ciencias, la Academia de las Ciencias Sociales, los Museos vaticanos, la Biblioteca apostólica, el Archivo secreto o el Observatorio astronómico».
Se trataría, a juicio del purpurado italiano, de «poner en marcha un polo cultural, que pueda prestar un gran servicio a las comunidades eclesiales extendidas por todo el mundo».
Ravasi lanzó su propuesta durante la octava reunión del G9 vaticano, que prepara la reforma de la Curia. Para el cardenal, «se trata de una transformación eclesial, no burocrática. Eclesial, porque significa que la Curia romana ya no es autorreferencial, no sólo porque llegan miembros de otras naciones, sin mantener siempre la prevalencia italiana. Y concebirla como una parte del ministerio petrino, cuya función es vincular en la unidad a las Iglesias dispersas y servirlas».
Y es que, según Ravasi, la reforma de la Curia es una «reforma de método». Hasta ahora, prevalecía en Roma el método de los grandes bancos: la Curia controlaba a la periferia. «Se trata de implementar un método diferencya de diálogo, de relación con las instituciones, con las Iglesias y, también, con las culturas del mundo».