Esta cercanía no sólo fortalecerá las instituciones y comunidades de la Iglesia, sino que también os ayudará a entender las dificultades que ellos y sus familias experimentan en su vida cotidiana en la sociedad
El Papa Francisco ha recibido este jueves a los obispos de la Conferencia Episcopal de Corea al final de su visita ad Limina y les ha pedido que piensen en los jóvenes como «aliados» para «fortalecer» la Iglesia y hacerla «más santa, más misionera y humilde».
«Vedlos como aliados en la construcción de una Iglesia más santa, más misionera y humilde, una Iglesia que ama y adora a Dios, tratando de servir a los pobres, los solitarios, los enfermos y los marginados. Estad cerca de ellos. Esta cercanía no sólo fortalecerá las instituciones y comunidades de la Iglesia, sino que también os ayudará a entender las dificultades que ellos y sus familias experimentan en su vida cotidiana en la sociedad», ha subrayado.
En este sentido, les ha pedido que anuncien a Jesucristo «con claridad» y que sean «un ejemplo para el pueblo de Dios con el fin de atraer a la gente hacia El». Además, les ha exhortado a mirar a los jóvenes a la hora de revisar los planes pastorales.
Por otro lado, Francisco ha recordado su visita a Corea, durante la cual sintió «la bondad del pueblo coreano» y ha asegurado que fue un estímulo perdurable para su ministerio en la Iglesia Universal.
Asimismo, se ha acordado de la Iglesia en Mongolia que, a pesar de ser «una pequeña comunidad en un vasto territorio», es «como el grano de mostaza, la promesa de la plenitud del Reino de Dios».
Para el Pontífice, uno de los momentos «más hermosos» de su visita a Corea fue la beatificación de los mártires Paul Yun Ji-chung y de sus compañeros. «Incluso antes de que su fe se manifestara plenamente en la vida sacramental de la Iglesia, estos primeros cristianos coreanos no sólo fomentaron su relación personal con Jesús, sino que lo llevaron a los demás, independientemente de su clase o posición social», ha subrayado.
La lección de estos mártires, según ha indicado, se puede aplicar especialmente en estos tiempos, «cuando, a pesar de los muchos avances en la tecnología y la comunicación, las personas están cada vez más aisladas y las comunidades se debilitan».
«¡Qué importante es, entonces, vuestra tarea con los sacerdotes, religiosos y religiosas, y líderes laicos de vuestras diócesis, para asegurar que las parroquias, escuelas y centros de apostolado sean auténticos lugares de encuentro!«, ha exclamado, para precisar que hay que encontrarse sobre todo con los pobres, los ancianos, los olvidados.
(RD/Ep)