Tagle bien podría ser el sucesor de Francisco, el perfecto continuador de su obra, de su reforma, de su primavera. El nuevo Pablo VI después del nuevo Juan XXIII.
(José Manuel Vidal).- Tiene 58 años. Es uno de los cardenales más jóvenes del colegio cardenalicio y, sin embargo, ya es todo un veterano en esas lides. Todo el mundo se hace lenguas de la valía del cardenal Luis Antonio Tagle. Prueba de ello es que su nombre suena para todo. Incluso para papable de garantías.
La próxima parada de su tren hacia la cumbre eclesial pasa por la estación de Cáritas Internationalis. La joya sociocaritativa de la Iglesia se reúne, en Roma, la próxima semana. Cumbre de la solidaridad eclesial. Con cambios en su cúpula. Se retira su presidente, su santo y seña durante años, el cardenal Rodríguez Maradiaga.
El moderador del G9 tiene suficiente con sus tareas de arzobispo de Tegucigalpa y moderador del G9. Y, como tal, uno de los hombres de máxima confianza de Francisco. Uno de sus báculos más cercanos y queridos, junto al cardenal Marx y al «clan argentino».
Se va Maradiaga y, en Cáritas, quieren buscarle un sucesor de garantías. Otro cardenalazo a su nivel. De un latinoamericano a un filipino. Porque, para ocupar el prestigioso puesto de presidente de Cáritas internationalis, se perfila el cardenal arzobispo de Manila, Luis Antonio Gokim Tagle.
Su candidatura tiene todas las de ganar. Y va a ganar. Cáritas es la institución de la Iglesia con mejor imagen y mayor credibilidad. El buque insignia del catolicismo. La boya salvavidas que, en muchos países (España, entre ellos), mantiene a flote la credibilidad de la institución. En España, en concreto, si no fuera por Cáritas, los misioneros y los curas de barrio y pueblo, a los obispos los llamarían cuervos por las calles. O cosas peores.
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