Una buena comunicación puede abrir un espacio para el diálogo, para la comprensión recíproca y la reconciliación, permitiendo de ese modo que florezcan encuentros humanos fecundos
(Vis).- »Comunicación y Misericordia: un encuentro fecundo» es el tema elegido por el Santo Padre para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. La elección del tema de este año- informa el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales- ha estado determinada, claramente, por la celebración del Jubileo Extraordinario de la Misericordia y, sin duda, el Santo Padre ha querido que la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales ofreciese una ocasión propicia para reflexionar sobre la sinergia profunda entre comunicación y misericordia.
En la bula de convocación del Año Jubilar, en el número 12, el Papa afirma que «la Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona». Y, en el mismo número, el Papa añade: «Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre».
Parece oportuno recordar, a este respecto, que nos situamos en el contexto de una comunicación que es momento constitutivo de la promoción de la cultura del encuentro. El Papa en esta ocasión se refiere al lenguaje y a los gestos de la Iglesia; pero en la perspectiva que nos indica, todo hombre y mujer de hoy, en su propia comunicación, en el ir al encuentro de los demás, debe estar animado por una profunda dimensión de acogida, de disponibilidad, de perdón.
El tema subraya que una buena comunicación puede abrir un espacio para el diálogo, para la comprensión recíproca y la reconciliación, permitiendo de ese modo que florezcan encuentros humanos fecundos. En un momento en el que nuestra atención se dirige a menudo a la naturaleza exasperada y judicante de muchos comentarios en los medios sociales, el tema nos recuerda el poder de las palabras y de los gestos para superar las incomprensiones, para curar las memorias, para construir la paz y la armonía.
Una vez más, el Papa Francisco nos ayuda a redescubrir que en el centro de la comunicación hay, sobre todo, una profunda dimensión humana. Comunicación que no es sólo una tecnología actual o avanzada, sino una profunda relación interpersonal.
La Jornada Mundial de las Comunicaciones, única jornada mundial establecida por el Concilio Vaticano II, se celebra en muchos países, por recomendación de los obispos del mundo, el domingo anterior a la fiesta de Pentecostés (el 8 de mayo en el 2016).
El Mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales se publica tradicionalmente en ocasión de la festividad de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas (el 24 de enero).