Los obispos cuestionan que "algunos de los principales líderes (que participan como candidatos presidenciales y al parlamento) están severamente cuestionados y con procesos judiciales en curso"
El secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, cree que uno de los retos de la Iglesia mexicana es «denunciar el mal» y «alzar la voz» ante fenómenos como la corrupción, el narcotráfico o la violencia.
«El reto es denunciar el mal que está presente, alzar la voz contra todos aquellos fenómenos negativos, desde la corrupción al narcotráfico, la violencia o la criminalidad, que impiden al país proceder por la vía del progreso material y espiritual», dijo.
Parolin lo dijo en una entrevista publicada hoy por el Centro Televisivo Vaticano en la que se le preguntó, entre otros asuntos, por los retos de la iglesia local en México, un día antes de que el papa comience su viaje a ese país. El purpurado señaló el desafío de que la iglesia mexicana sea «una buena samaritana ante tantas situaciones de personas que sufren y se encuentran en una situación de necesidad».
«Pensemos en el fenómeno de la migración y en el impacto que tiene en las familias, el impacto disgregador que tiene sobre las familias. La Iglesia está haciendo mucho a este nivel y deberá continuar haciendo mucho», afirmó. Otro de los objetivos de la Iglesia local mexicana, en opinión del purpurado, es el de «educar las conciencias, desde el punto de vista de hacerlas más sensibles ante fenómenos negativos».
«Por ejemplo, denunciar y educar contra la idolatría del dinero, que lleva a no respetar ningún valor, ni siquiera el de la vida humana y, sobre todo, anunciar el Evangelio, partiendo de la base de que esta es la mejor manera de combatir estos fenómenos negativos», defendió. En la entrevista también aborda el encuentro que mañana viernes el papa mantendrá en La Habana con el patriarca ortodoxo ruso Kiril, un evento histórico que no se producía desde hacía un milenio, desde el cisma del 1054.
Por otro lado, los obispos católicos del Perú se declararon perplejos ante el desarrollo del proceso electoral de cara a los comicios presidenciales y legislativos de abril, debido a la presencia de candidatos con juicios y a la corrupción del sistema político.
«Con esta elección se afianza una continuidad de procesos electorales, inédita en nuestra historia. Esta satisfacción, sin embargo, viene empañada por una cierta tristeza y perplejidad, al ver cómo se viene desarrollando el proceso electoral», señalan el miércoles en un comunicado las autoridades de la religión mayoritaria en Perú.
Los obispos cuestionan que «algunos de los principales líderes (que participan como candidatos presidenciales y al parlamento) están severamente cuestionados y con procesos judiciales en curso».
«Nuestro sistema político está afectado por elevados índices de corrupción«, acotan, expresando luego su frustración por el hecho que «la sociedad civil no ha desarrollado aún los mecanismos de supervisión y vigilancia ciudadanas para exigir a nuestros representantes el cumplimiento de sus promesas electorales».
Los obispos exhortan a los candidatos a lanzar propuestas concretas sobre cómo combatir la corrupción que afecta a la sociedad y la política.
Las «reflexiones» de las autoridades religiosas se conocieron cuando faltan 60 días para las elecciones presidenciales y legislativas conjuntas del 10 de abril. Cerca de 23 millones de peruanos deberán acudir a las urnas en Perú, donde el voto es obligatorio.
La campaña electoral está salpicada por denuncias que afectan la ética y la transparencia de los principales candidatos presidenciales, siendo la más reciente la que recae sobre el millonario César Acuña a quien se acusa de plagiar su tesis doctoral en la española Universidad Complutense y de haberse atribuido la autoría de un libro escrito por su profesor.
En el caso del gobernante Partido Nacionalista, su candidato Daniel Urresti, un general en retiro, está procesado por la muerte de un periodista durante la guerra interna que vivió el país.
El expresidente Alan García (socialdemócrata) intenta un tercer mandato, aunque con una imagen mellada por los indultos que durante su segunda gestión (2006-2011) se concedieron a narcotraficantes.
Otro candidato, el expresidente Alejandro Toledo (2001-2006), está procesado por lavado de activos por una operación de compra de inmuebles. A su vez un candidato de izquierda y exgobernador regional está preso por corrupción.
Según los últimos sondeos, quien lidera las preferencias, muy lejos de sus rivales, es Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), condenado por corrupción y crímenes de lesa humanidad.
En total 19 candidatos aspiran a reemplazar al presidente Ollanta Humala a partir del 28 de julio entrante.
(RD/Agencias)