La comisión antiabusos propone al Papa un programa de formación a obispos que explicite esta obligación
(Vis).- El Cardenal Sean O’Malley, OFM Cap, Presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores junto a los otros Miembros emitió la siguiente declaración acerca de la obligación de reportar cualquier sospecho de abuso sexual a las autoridades civiles:
«Así como Papa Francisco ha manifestado tan claramente: ‘Los delitos y pecados de abuso sexual sobre los niños no deben ser mantenidos en secreto nunca más. Yo garantizo la celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los niños y la promesa de la plena responsabilidad de todos’ (27 de septiembre de 2015). Nosotros, el Presidente y los miembros de la Comisión, queremos afirmar que nuestras obligaciones, en virtud de la ley civil, deben ser sin duda respetadas, pero incluso más allá de estos requisitos, tenemos toda la responsabilidad moral y ética en reportar el supuesto abuso a las autoridades civiles que tienen la tarea de proteger a nuestra sociedad».
La declaración del Cardenal O’Malley continuó: «En los Estados Unidos, en la Charter de los Obispos indica claramente la obligación para todas las Diócesis/Eparquías y para todo su personal el deber de informar de cualquier sospecho de abuso a las autoridades públicas. Cada año, en nuestra reunión de noviembre, en una sesión de capacitación para los nuevos Obispos, esta obligación se reafirma; y durante cada mes de febrero, la segunda Conferencia ofrece un programa de formación para los nuevos Obispos en donde se reitera claramente y explícitamente esta obligación. Como Comisión de asesoramiento del Santo Padre para la protección de los menores, hemos recientemente compartido con Papa Francesco una visión general de las iniciativas de educación de la Comisión para las Iglesias locales de los últimos dos años, y reafirmado la voluntad de los miembros de ofrecer materiales para los cursos que se ofrecen en Roma, incluyendo también el programa anual de formación para los nuevos Obispos y para las oficinas de la Curia romana con el fin de que puedan utilizarlos en sus esfuerzos para proteger a los menores.»