Reclamó a las autoridades, instituciones políticas y económicas y a la sociedad civil "que se promueva un modelo que tenga en cuenta la dignidad humana y el pleno respeto a las normativas sobre el trabajo y el ambiente"
(Jesús Bastante).- Regina Coeli en la plaza de San Pedro. Fiesta de la Pascua ortodoxa. Francisco felicita a nuestros hermanos en la fe, y vuelve a clamar contra la tragedia en Siria, poniendo el foco en Alepo, donde «la espiral de violencia agrava la ya desesperada situación humanitaria del país«. Saluda a los peregrinos de Madrid, Barcelona, Varsovia… y a una asociación que trabaja con niños víctimas de pederastia. Y grita, una vez más, contra esta lacra: «Los abusos a menores son una tragedia que no debemos tolerar. Debemos castigar severamente a los abusadores«.
«No podemos tolerar los abusos sobre menores, debemos defenderlos, y castigar severamente a lo abusadores -indicó a los miembros de la asociación-. Gracias por vuestro empeño, y continuad con coraje vuestro trabajo».
En su alocución, el Papa destaca de llevar la oración en el corazón, para «que yo entienda y recuerde estas palabras de Jesús, y después dé el paso, todos los días». Porque «no estamos solos. Jesús está cerca de nosotros, en medio de nosotros, dentro de nosotros«.
Su presencia viene mediante el don del Espíritu Santo que nos enseña «un modo de pensar, de vivir, de distinguir qué es bueno y qué malo. Que nos ayuda a practicar la carida de Jesús, su darse a los otros, especialmente a los más débiles«.
El Espíritu que se muestra en la paz de Jesús a sus discípulos. «La paz de Jesús supone la victoria sobre el pecado, sobre el egoísmo, que impide amarnos como hermanos». Frente a ello, la paz «del crucificado resucitado, certeza de su victoria y de su venida definitiva», que pidió «acoger con docilidad».
En los saludos, Francisco felicitó «a nuestros hermanos de la iglesia de Oriente, que celebran hoy la Pascua. El Señor ha resucitado y nos da los dones de su luz y su paz». También, mostró su «profundo dolor» por «las dramáticas noticias provenientes de Siria, en particular en la ciudad de Alepo», donde «aumenta la espiral de violencia que agrava la ya desesperada situación humanitaria del país», con miles de «víctimas inocentes, niños y enfermos, y aquellos que con gran sacrificio están empeñados en ayudar al prójimo».
«Exhorto a todas las partes envueltas en el conflicto a respetar el cese de hostilidades y a reforzar el diálogo en curso, único camino que conduce a la paz», proclamó Francisco, quien también tuvo palabras con motivo del Día del Trabajo, reclamando a las autoridades, instituciones políticas y económicas y a la sociedad civil «que se promueva un modelo que tenga en cuenta la dignidad humana y el pleno respeto a las normativas sobre el trabajo y el ambiente».