Las mujeres tienen derecho a reclamar una mayor responsabilidad en la Iglesia
(Cameron Doody).- Junto con Phyllis Zagano -la profesora universitaria estadounidense que viene defendiendo durante muchos años que la Iglesia vuelva a la práctica antigua de la ordenación sacramental de las diaconisas-, al menos otros tres miembros de la Comisión de Estudios sobre el Diaconado de las Mujeres, recientemente establecida por el Papa Francisco, han reivindicado, en un momento u otro, que las mujeres participen a más alto nivel en la toma de decisiones en la Iglesia católica.
El National Catholic Reporter de los Estados Unidos recogió ayer el historial académico de tres integrantes de dicha comisión -el padre Bernard Pottier, el padre Karl-Heinz Menke y la Hermana Mary Melone– a partir de publicaciones y entrevistas de los tres académicos disponibles online. Aunque Pottier, Menke y Melone discrepan respecto al carácter de la ordenación diaconal de las mujeres en la Iglesia primitiva -la cuestión clave que el pontífice ha encomendado a la comisión-, los tres coinciden en que hay que recuperar para la actualidad el vital ministerio de servicio que las mujeres históricamente han desempeñado en la comunidad de los fieles.
No todos los miembros de la nueva Comisión sobre las diaconisas han escrito directamente sobre este tema, y de ahí la importancia de este trabajo de investigación del NCR.
El portal recuerda que, en 1998, el padre Bernard Pottier -que actualmente desempeña las labores de profesor del Instituto de Estudios Teológicos de Bruselas- escribió, en colaboración con el teólogo Alphonse Borras, un libro sobre el diaconado titulado La grâce du diaconat, Questions actuelles autour du diaconat latin («La gracia del diaconado: Cuestiones actuales sobre el diaconado latino»), que actualmente se encuentra descatalogado. No obstante, se puede encontrar un resumen de su contenido aquí, en un número de la revista Recherches de Science Religieuse.
En dicha síntesis, queda claro que, partiendo de la base de que, en la antigüedad, las diaconisas eran «indiscutiblemente parte del clero» -por haber sido ordenadas «por la imposición de manos y las oraciones del obispo»- Pottier y Borras sostienen que la cuestión de si las mujeres pueden ser ordenadas al diaconado hoy -y por tanto la de su grado de participación en los ministerios de la Iglesia –es una cuestión abierta que aún tiene que «madurarse», y concretarse, en el contexto de la teología dogmática.
Por su parte, el padre Karl-Heinz Menke -profesor emérito de teología dogmática en la Universidad de Bonn y, como Pottier, un miembro de la Comisión Teológica Internacional- no argumenta que las mujeres hayan sido, o puedan ser hoy en día, ordenadas al diaconado sacramental, al menos en un artículo que publicó en 2015. No obstante, el teólogo sí defiende que, al igual que en los negocios, las ciencias y la política, las mujeres «tienen derecho» a reclamar «una mayor responsabilidad» en la Iglesia.
Con respecto a qué forma exacta podría adoptar este cometido, en este artículo Menke sugiere que «el papa podría … cambiar la ley eclesial de tal manera que se facilite que órganos de la Iglesia, compuestos igualmente por hombres y mujeres, pudieran elegir a los obispos y también al papa». Compromiso al que volvió a dar voz en una entrevista con Die Welt el 4 de agosto, cuando llegó incluso a sugerir que, sin ser ordenadas diaconisas, las mujeres podrían incluirse en el Colegio cardinalicio.
La cuarta miembro de la Comisión de Estudios sobre el Diaconado de las Mujeres que, por lo que se sabe hasta el momento, ha apoyado la posibilidad de que las mujeres se involucren a más alto nivel en la Iglesia es Sor Mary Melone, la primera mujer rectora de la Pontificia Universidad Antonianum en Roma.
En mayo de este año -después de que el papa anunciara su intención de crear la comisión sobre las diaconisas- Melone otorgó una entrevista al periódico italiano Corriere della Sera en la que reivindicaba que se extienda en el catolicismo «la consciencia de que la autoridad de las mujeres ayude a hacer crecer a la Iglesia».
En la interviú con Corriere, Sor Melone volvió a repetir que no comparte personalmente la aspiración de algunas mujeres de llegar al sacerdocio, pero a la vez afirmó que -tome uno la postura en esta cuestión que tome- es vital no dejar que el debate eclipse las contribuciones reales de las mujeres. «Lo importante», señaló Melone al rotativo milanés, «es que no haya excusa como para excluir a las mujeres la posibilidad de que aspiren a papeles decisorios en el seno de la Iglesia».